La Magia de Harry Potter

Los personajes y el mundo donde se desarrollan las historias que se publicarán en este Blog son de la exclusiva propiedad de J.K. Rowlings, solo la trama y algunos personajes me pertenecen y por esa razón los nombres de los mismos serán utilizados en otras historias. Bienvenidos y espero que disfruten de las historias. Merlina

sábado, 8 de febrero de 2014

Y si todo hubiese sido distinto - cap. 24 -

El Cofre

Harry se encontraba en el despacho del director con sus amigos, su hermana y su padrino. Levantó los brazos para pedir silencio a los retratos de los directores que los habían estado ovacionando. Luego se dirigió al retrato de Dumbledore que lo miraba con lágrimas de orgullo corriendo por sus mejillas. Aunque estaban muertos de cansancio, les había pedido que lo acompañaran porque necesitaba un último consejo.
Le dijo a Dumbledore que lo que estaba oculto en la snitch, lo había dejado caer en el bosque y que pensaba dejarlo ahí.  El anciano le contestó que era una sabia decisión. Luego le dijo que pensaba conservar la capa de invisibilidad, a lo que el director le contestó que, era suya por derecho propio hasta que la pasara. Y por último levantó la varita de saúco y dijo que no la quería, que sabía que era poderosa pero que prefería su vieja varita. Así que saco los trozos de su varita, la tocó con la punta de la otra y dijo Reparo, los trozos inmediatamente se unieron y de la punta brotaron chispas rojas.  Le dijo a Dumbledore que la pondría donde estaba y que si moría de muerte natural su último amo no habría sido derrotado, así que la varita perdería su poder. Después de esto solo quería irse a descansar, pero el anciano los detuvo.

-          Una última cosa, - dijo- vayan a la  sala de los menesteres y pidan “el salón del cofre”. Allí hay cierta información acerca de sus padres, de suma importancia para ustedes.
-          Señor –dijo Hermione- esa sala fue destruida por un Fuego Maldito.
-          Señorita Granger – dijo el director – créanme cuando les digo que sigue allí.
Al oír aquello y a  pesar del agotamiento, Sirius, Samantha, Harry, Ron y Hermione se dirigieron a toda carrera al séptimo piso y frenaron derrapando frente a la pared. Respiraron con fuerza para recuperar el aliento y pasaron tres veces frente a la pared pensando: “el salón del cofre” y en la tercera vuelta una puerta se materializó ante ellos. Entraron y se encontraron en una sala pequeña iluminada por un par de antorchas y en el centro un cofre grande. Harry intentó abrirlo pero estaba cerrado.
-          Alohomora- dijo Hermione.
Pero el cofre permanecía cerrado. Comenzaban a exasperarse y pensaron en volver y decirle a Dumbledore que se había olvidado de decirles cómo abrirlo o dónde estaba la llave. Entonces Sam se llevó, súbitamente, la mano al pecho. La llave. Todos la miraron pensando que de pronto se había sentido mal.
-          La llave –dijo- ¿Recuerdan la llave que Dumbledore me dejó? –y sacó la cadena que llevaba en el cuello y mostró la llave de oro.
Rápidamente se acercaron al cofre y le dio la llave a Harry. Pero cuando introdujo la llave, salió despedido como si una corriente eléctrica lo hubiera sacudido. Ron lo apartó y lo iba a intentar, pero al tocar la llave, salió despedido hacia atrás también.
-          No – dijo Harry – debes hacerlo tú Sam, Dumbledore te dio la llave a ti.
Siete años en el mundo mágico le habían enseñado que hay ciertos encantamientos que requieren cosas o personas específicas, para funcionar.
Así que la chica se inclinó y dio vuelta a la llave, que funcionó sin ningún problema. Dentro había un pensadero bastante más pequeño que el de Dumbledore, una botellita con una sustancia etérea, que reconocieron como un recuerdo, un sobre dirigido a Sam con la caligrafía de Dumbledore, otro dirigido a Harry y a Sam, con una caligrafía desconocida y un tercero dirigido a Sirius y a Sabrina. Sirius y los chicos se miraron un momento sin saber qué hacer.
-          Bueno –dijo Hermione - ¿qué haremos primero, vemos el recuerdo o leen sus cartas?
Decidieron que primero leerían las cartas. Sam tomó el sobre dirigido a Sirius y a su madrina y se lo dio, y luego tomó el dirigido a su hermano  y a ella, lo rasgo y les hizo señas a Ron y a Hermione para que se acercaran. Después de todo,  sus amigos no los habían abandonado y habían estado con ellos en todo por lo que habían tenido que pasar, de modo que se merecían saber cualquier cosa que dijera esa carta. Sirius se había retirado un poco y ya estaba abriendo la suya. La primera línea chocó violentamente contra sus ojos y se miraron estupefactos.
Queridos hijos:
               Para cuando lean esta carta, deben haber pasado muchos años de nuestra muerte. Suponemos que el hechizo falló. Pero del mismo modo suponemos que todas las precauciones que tomamos para su seguridad, funcionaron.
               Queremos pedirles que amen a sus padrinos, y confíen en ellos como nosotros lo hemos hecho, ellos también darían la vida por ustedes.
               Harry, si estás leyendo estas líneas, significa que, o estás por enfrentar a Voldemort o ya lo has hecho, queremos pedirte perdón, porque cuando tomamos la decisión de separarlos, pusimos sobre tus hombros una pesada carga y te expusimos a un gran peligro. Sabíamos que aunque lográramos evitar que Voldemort te matara, siempre te estaría persiguiendo por considerarte un peligro para él. Pero estamos seguros de que si no lo has enfrentado aún, lo harás con éxito. Cuida y protege a tu hermana, como si solo se tuvieran el uno al otro.
               Samantha, nuestra dulce niña, no sabes el terrible dolor que nos causó tener que dejarte, es posible que no lo entiendas, pero nunca dudes de que lo hicimos para protegerte. Sabemos que serás una poderosa bruja, así que ayudaras a tu hermano en los momentos en que sea preciso, están unidos no solo por la sangre sino por un poderoso hechizo que realizamos antes de separarlos.
               Estudien y prepárense lo más que puedan. Confíen en los amigos que logren hacer, ellos serán su apoyo en el largo camino de la vida. Respeten a los muggles, ellos son tan humanos como ustedes. Tengan consideración hacia todas las criaturas del mundo mágico, tengan presente que muchos de ellos son, lo que los magos hemos hecho de ellos.
               Queridos niños, no hay mayor dolor que el tener que dejarlos, el saber que no podremos verlos crecer, que no estaremos para secar sus lágrimas o celebrar sus triunfos, que no estaremos en sus graduaciones ni en sus bodas. Pero recuerden siempre que aunque hayamos tenido que dejarlos, nuestro corazón se quedó con ustedes.
                                                                                                                             Con amor,
                                                                                                                             Mamá y Papa
Cuando terminaron de leer la carta Harry y Sam se abrazaron con un llanto convulsivo. Sentían un profundo dolor. La carta los había hecho sentir, por un momento,  a sus padres muy cerca, pero también los había hecho conscientes de la aplastante realidad de su ausencia. Ron y Hermione los miraban con abundantes lágrimas corriendo por sus rostros, sabían que no podían ni imaginar lo que significaba  para  sus amigos la pérdida de sus padres.
(**o**)
Sirius apenas tuvo el sobre en sus manos reconoció la caligrafía de James. Así que rasgó el sobre con el corazón latiéndole violentamente. La abrió y comenzó a leer.
Queridos Canuto y Sabrina:
               Si están leyendo éstas líneas es porque todo lo que hicimos falló. Lo que más nos duele es dejar a nuestros hijos, pero al mismo tiempo tenemos la certeza de que ustedes serán unos magníficos padres, que querrán a los gemelos como si fueran sus hijos y que los protegerán a costa de sus propias vidas si es preciso.
               Canuto, viejo amigo, sabemos que te estamos dejando una enorme responsabilidad, pero has demostrado ser más que un amigo, un hermano, así que nadie mejor que tú para confiarle la vida y la seguridad de nuestros hijos, sabemos que  será una tarea que cumplirás con alegría sin tener en cuenta los riesgos. Esperamos que les transmitas, no solo tu alegría de vivir, sino tus conocimientos para enfrentarse a lo que les espera.
               Sabrina, amiga y hermana. Has estado a nuestro lado en las buenas y en las malas. Supiste de nuestro secreto del embarazo y demostraste ser capaz de guardarlo, así que no nos queda ninguna duda de que nadie mejor que tú para cumplir las funciones de madre de nuestros hijos. Sabemos que les darás todo tu amor y los guiarás con firmeza.
               Nuestros gemelos tienen mucha suerte, al tenerlos a ustedes como tutores, guardianes, padres y amigos y sabemos con toda certeza que harán sus mejores esfuerzos para llevar a feliz término esta tarea. Gracias amigos
                                                                                                                             Con amor,
                                                                                                                             Lily y James
Sirius estaba tirado contra la pared llorando como un niño y con la carta dirigida a él y a su novia estrujada en una mano. El dolor lacerante que le producía la pérdida de sus amigos solo era comparable con el que le producía la pérdida de la mujer que amó.
Al cabo de un rato que pareció eterno logró reunir fuerzas suficientes para levantarse y caminar hasta los chicos, se arrodilló ante ellos, que aún permanecían abrazados, recogió la carta que había caído al piso, la leyó rápidamente y comprendió que los chicos debían tener el corazón tan destrozado como él, pero se suponía que él debía darles consuelo. Buscó desesperadamente dentro de su cerebro,  algo que decirles pero al final pidió perdón, mentalmente a sus amigos, se abrazó a los chicos y se unió a su llanto como un niño más.
Ron y Hermione, no sabían cómo proceder ante semejante demostración de desconsuelo. Sabían que no había palabras suficientemente apropiadas para aliviar ese dolor. Así que permanecieron en respetuoso silencio, secándose las lágrimas que se negaban a dejar de caer.
Quizás solo fueron unos minutos o pudieron haber sido horas, no supieron cuanto tiempo habían pasado así, pero el agotamiento disminuyó la violencia de los sollozos y las lágrimas escasearon. Hermione pensó que era mejor que ella y Ron se retiraran y les dejaran privacidad, pero no había tenido valor para interrumpirlos. Al ver que estaban un poco más clamados dijo:
-          Nosotros los esperamos en la Sala Común – pero para su sorpresa Sam habló-
-          No –dijo la chica – aún no hemos terminado.
-          Sam, quizá es mejor que ustedes terminen esto solos, al parecer estos tiene que ver exclusivamente con su familia.
-          No –dijo Harry, quien también se había levantado ya- ustedes también son nuestra familia, ustedes han estado con nosotros siempre, no nos han abandonado ni en los peores momentos, habiendo podido hacerlo.
-          Nada los obligaba –continuó Sam – a correr todos los riesgos que corrieron, ustedes son para nosotros lo que Sirius y Sabrina fueron para mamá y papá.
Sirius que había permanecido en silencio decidió intervenir en la conversación.
-          Ron, Hermione –dijo mirándolos – ha nacido un lazo de amistad tan fuerte entre ustedes que nada ni nadie lo romperá jamás, yo personalmente experimente ese sentimiento y sé lo que les estoy diciendo. Me alegra que Harry y Sam hayan encontrado a amigos como ustedes, que estén dispuestos a sacrificarse unos por otros. Así que tienen derecho a estar aquí, se han ganado el derecho a ser parte de esta familia.
Ron y Hermione tenían un  nudo muy apretado en la garganta, pero lograron sonreírle a  Sirius.
-          Bueno –dijo Sirius  suspirando – terminemos con esto.
Sam no se sentía con mucho ánimo para leer la carta dirigida a ella, así que metió la mano en el cofre, extrajo el sobre, lo miró un momento y extendiéndoselo a Sirius, le dijo:
-          Léela tú, por favor.
Sirius rasgó el sobre, sacó el pergamino y comenzó a leer en voz alta.
Querida Niña:
               Para que estés leyendo esto, deben haberse dado varias circunstancias, que yo esté muerto y que Harry,  también lo esté.
               En vida, me consideré un hombre más inteligente que el común, pero por esa misma razón mis errores fueron más catastróficos. Sin embargo, y en mi defensa, debo añadir que muchos de esos errores fueron producto del amor. Del amor que sentí por tus padres y del que sentí por ustedes.
               También quiero que sepas que Severus Snape, fue un hombre muy valiente, pero que también cometió errores, errores de los que se arrepintió profundamente y que trató de enmendar.  Es importante que sepas que amó profundamente a tu madre y trató de salvarla, pero Voldemort no fue nunca misericordioso. No lo odies, por favor.
               Tu hermano ha sido un joven excepcional. Ha llevado una carga y ha enfrentado peligros que muchos magos adultos, no habrían podido soportar. Su última prueba fue enfrentarse a la muerte para salvar a aquellos a los que amaba, y la aceptó valientemente. Debes sentirte orgullosa de llevar su sangre.
               Sirius. Es un hombre valiente y arrojado. Amó a tus padres como si de sus hermanos se tratara. Sacrificó doce años de su vida pagando una culpa que no le correspondía. También es un hombre de sentimientos extremos, así que le costará aceptar ciertas cosas en un futuro cercano. Ten paciencia.
               Tus amigos, la señorita Granger y el señor Weasley, tienen muchas e importantes habilidades, entre otras, la inteligencia de una y la fortaleza y lealtad del otro, son un gran tesoro que te ha regalado la vida, consérvalos. Aún después de la muerte de Voldemort, lamentablemente, siempre habrá algún peligro que aceche al mundo mágico y deben permanecer alertas, para evitar que se vuelva a vivir una etapa de terror como la actual.
               Desde que naciste, fue evidente que la magia se manifestaba en ti con mucho poder. He visto tus progresos a lo  largo de tu vida y no nos equivocamos. Corre por tus venas la sangre de muchos magos poderosos y has sido la primera mujer en una larga lista de generaciones de magos. Tengo la esperanza de que harás buen uso del poder que llevas en la sangre.
               Muchos de los encantamientos que realicé, dieron buenos resultados, otros fracasaron lastimosamente, pero espero que puedas entender, que estaba obligado a ocultarte ciertas cosas hasta que el momento apropiado llegase. Solo traté de protegerlos lo más posible. Lo que verás en el pensadero probablemente te haga odiarme, pero todo lo que hice, lo hice pensando en el bien mayor. No espero que me perdones y solo me atrevo a esperar que logres comprender.
                                                                                                                                             Albus Dumbledore  
Cuando Sirius terminó de leer la carta, todos se miraban con distintos niveles de asombro. Sam sujetaba firmemente la mano de su hermano, muy contenta de que Harry estuviese vivo y de que Dumbledore se hubiera equivocado, al menos en eso. Sirius por su parte se preguntaba qué había querido decir Dumbledore con eso de que “le costaría aceptar ciertas cosas”. ¿Aceptar qué? Ron y Hermione se preguntaban que nuevos peligros acecharían al mundo mágico. Y Harry pensaba qué verían en el pensadero, pues sus anteriores experiencias con esos objetos siempre habían resultado muy inquietantes.

Y si todo hubiese sido distinto - cap. 23 -

Uno de los dos debe morir


Salieron del agua, a la que habían saltado después de haber estado volando sobre el dragón por mucho tiempo. Estaban quemados y agotados. Pero tuvieron la  visión de Voldemort enterándose de que los chicos sabían de la existencia de los Horrocruxes y su resolución de ir a revisar que los demás estuvieran a salvo. También vieron que pensaba que el que estaba en Hogwarts, se encontraba  más a salvo porque allí estaba Snape. Harry se levantó y les dijo que debían ir a Hogwarts lo más aprisa posible. Habían pensado que podrían descansar un poco, pero no había tiempo. Se metieron bajo la capa y se desaparecieron hacia Hogsmede. Apenas se aparecieron allí sonó una alarma. Los estaban esperando. Como no los encontraban, llamaron a los dementores así que Harry se vio obligado a convocar un patronus y casi los descubren. El cantinero de Cabeza de Puerco los salvó introduciéndolos a la taberna y diciéndole a los mortífagos que había sido él quien había convocado el patronus. Se enteraron de que este hombre, al que habían visto en su anterior visita a la taberna, era en realidad Aberforth, el hermano de Dumbledore. Este les contó toda la historia de su familia y les dijo que huyeran antes de que fuera demasiado tarde, pero los chicos insistieron en que debían entrar en Hogwarts. Finalmente, los ayudó. A través de una pintura de su hermana Ariadna, que conducía a un pasadizo por el que se llegaba a Hogwarts, apareció Neville quien muy contento los condujo a la sala de los menesteres, que era a donde conducía el pasadizo.
Allí encontraron a muchos alumnos del colegio, quienes se escondían de los Carrows. Presentaban distintas heridas producto de los castigos a los que habían sido sometidos. De pronto Harry y Sam tuvieron la visión de Voldemort furioso al descubrir que el Horrocrux que estaba en la cabaña de su abuelo había desparecido. Los que estaban en la sala de los menesteres tenían la equivocada impresión de que los chicos habían ido para plantar pelea, pero les dijeron que necesitaban encontrar algo con urgencia. Dieron que los ayudarían, que todos los que estaban allí habían probado su lealtad a Dumbledore y su lealtad a ellos. Para sorpresa de los chicos comenzó a llegar más gente, los primeros en aparecer fueron Luna y Dean. Harry sintió que se le paraba el corazón cuando vio aparecer a Ginny, tras ella venían Fred, George y Lee.
Les dijeron a los demás que tenían que encontrar algo perteneciente a Ravenclaw. Lo único de lo que se tenía conocimiento era de la diadema de Ravenclaw pero que nadie la había visto nunca. Sin embargo Luna se fue con Harry a la sala común de Ravenclaw. Allí hubo una trifulca con los Carrows, cuando éste logró entrar a la Sala y encontró a su hermana atada en el piso y la profesora McGonagall se negaba a ayudarlo, el hombre escupió el rostro de la profesora y Harry se enfureció y lo atacó. Después de esto le explicó sucintamente a la profesora lo que necesitaba y le advirtió que Voldemort no tardaría en llegar al castillo. Llamó a los profesores Sprout, Flitwick y Slughorn para proteger al castillo y organizar a los alumnos para evacuarlos. En el camino se encontraron con Snape, se pelearon y Snape escapó. Harry urgió a la profesora, había tenido otra dolorosa visión de Voldemort. Los profesores comenzaron a lanzar encantamientos protectores.
Cuando regresaron a la sala de los menesteres Harry se llevó una gran impresión por la cantidad de gente que había llegado.  Kingsley, Lupin, Oliver Wood, Angelina, Katie, Alicia, Bill, Fleur y los señores Weasley y…
-          Sirius –gritó Harry y corrió hacia él – pero qué hacen aquí.
-          Yo les avisé – dijo Fred –
-          ¿Qué está sucediendo?  -preguntó Lupin
-          Voldemort viene –dijo Harry – los profesores están protegiendo el castillo, vamos a luchar. Se están organizando en el comedor.
Todos comenzaron a salir hacia allá. Pero Sirius agarró a Harry y le preguntó dónde estaban Sam, Ron y Hermione. Harry estaba desconcertado él los había dejado allí. Los gemelos le  dijeron que los había oído decir algo de un baño. Solo quedaban los Weasley, Harry y Sirius, cuando apareció otra persona.
-          ¿De qué me perdí, ya ha comenzado? –dijo Percy Weasley.
Todos se asombraron pero pronto estuvieron abrazándose. Harry salió con todos los demás y dejaron a Ginny en la sala, ya que sus padres habían dicho que era demasiado joven para participar. Mientras caminaba hacia el comedor se encontró con los chicos que venían corriendo hacia él y traían algo en los brazos. Le explicaron que habían bajado a la Cámara de los Secretos. Sam que al igual que su hermano podía hablar parsel, la había abierto y rápidamente recogieron colmillos de basilisco y destruyeron la copa. Entraron al comedor y ya estaban los alumnos allí. La profesora McGonagall empezó a explicar el plan para la evacuación del castillo, cuando una voz que parecía provenir de las paredes, habló:
-          Sé que se están preparando para luchar, pero sus esfuerzos serán inútiles, no pueden luchar contra mí, no quiero matarlos, siento un gran respeto por los profesores de Hogwarts. No quiero derramar sangre mágica. Entréguenme a los Potter y no se les hará daño, dejaré la escuela intacta y serán recompensados. Tienen hasta media noche.
Se hizo el silencio, todos miraban a los gemelos.
-          Pero están allí –dijo Pansy Parkinson – que alguien los coja.
Sirius enseguida se puso delante de los chicos. Todos los Griffindor, a una, se levantaron y se enfrentaron a la mesa de Slytherin protegiendo a los Potter, lo mismo hicieron los Ravenclaw y los Hufflepuff, de todas las túnicas salieron las varitas y apuntaban hacia Pansy.
-          Gracias señorita Parkinson –dijo una iracunda McGonagall – usted será la primera en abandonar el castillo, junto con el resto de su casa.
Sirius se volvió y con angustia abrazó a Sam a quien hasta ese momento no había visto. Sin  embargo su voz sonó igual de dulce que siempre.
-          Hola princesa –dijo- te he echado de menos.
La profesora McGonagall les metía prisa a los alumnos, cuando pasó por donde estaban los chicos.
-          Potter –y ambos voltearon – ¿no tienen un trabajo qué hacer? Sirius, los gemelos Weasley te están esperando para organizar la vigilancia de los pasadizos.
Y todos salieron disparados a lo suyo. En el camino se encontraron con Nick, el fantasma de Griffindor y le preguntaron por el fantasma de Ravenclaw, él les dijo que era la Dama Gris y fueron en su busca. La encontraron y le preguntaron por la Diadema. Al principio ella se negó a decirles nada pero luego les contó la historia. Inmediatamente supieron que el joven a quien la Dama le había dado la información de la diadema era Voldemort y Sam recordó dónde había visto una diadema que se correspondía con la que buscaban, así que partieron a la carrera hacia la sala de los menesteres. En el camino se encontraron con Tonks y la abuela de Neville. Más adelante con Hagrid a quien Grawp había lanzado por una ventana. Entraron a la sala y comenzaron a buscar. Cuando ya Harry estaba a punto de agarrarla. Aparecieron Malfoy, Crabbe y Goyle. Se enfrascaron en una lucha y finalmente Crabbe conjuró Fuego Maldito y éste comenzó a tragarse con violencia todo a su paso. Los chicos consiguieron unas escobas y trataban de escapar en ellas Ron se había subido a una con Hermione y Harry a la otra con Sam. Cuando ya estaban cerca de la puerta escucharon unos quejidos.
-          Harry –gritó Sam – son Malfoy y Goyle.
-           Es demasiado peligroso –dijo Ron – pero ya Harry volaba hacia ellos – SI MORIMOS POR SU CULPA, JURO QUE LOS MATARE – les gritó Ron a Sam y a Harry.
Samantha asió a Draco y Hermione a Goyle. Se dirigían a la salida cuando Harry vio que la diadema saltaba sobre las llamas, se desvió para cogerla.
-          ¿Qué haces, la salida  está por allá? – chilló Malfoy
Pero ya Harry, con sus reflejos de buscador, extendía la mano y atrapaba la diadema. Giró y salieron chocando aparatosamente contra la pared. Cuando se levantaron revisó la diadema y notó que una sustancia oscura como sangre manaba de la diadema, vibró y se rompió emitiendo un débil grito de dolor. El Fuego Maldito, la había destruido.
-          Bueno si pillamos a la serpiente…-comenzó Hermione, pero  no pudo terminar, porque aparecieron Fred y Percy peleando con unos mortífagos.
Los aturdieron y se reunieron con los demás, pero eso solo duró un segundo porque una gran explosión se sintió. Salieron despedidos en distintas direcciones, Harry sentía que le sangraba la mejilla, Sam tenía una herida en el brazo y Hermione luchaba por salir de debajo de los escombros, cuando escucharon un grito desgarrador. El mundo pareció detenerse. Fred estaba tendido en el piso con los ojos fijos. Estaba muerto.
Después tuvieron que defenderse de los ataques de varios mortífagos. Luego se metieron en un nicho y Harry se concentró en Voldemort, tenían que localizarlo para acabar con la serpiente. Vio que Voldemort estaba en la casa de los gritos con Malfoy que rogaba por la vida de su hijo. Salieron a todo correr. Cuando llegaron se escondieron y vieron que Voldemort hablaba con Snape. Desde donde estaban no podían atacar a la serpiente, sin delatar su posición, además de que estaba protegida por una especie de pecera flotante. Vieron, con horror, cómo Voldemort ordenaba a la serpiente atacar a Snape y luego dejarlo tirado e irse. Lo había hecho porque como Snape había sido el que mató a Dumbledore, necesitaba matar a Snape para que la varita le otorgara su lealtad. Cuando Voldemort salió, los chicos entraron, Snape aún estaba vivo y mirando a los chicos se llevó la  varita a la sien y les dijo:
-          Tó..men..lo –era, evidentemente un recuerdo.
Hermione conjuro una redoma donde depositaron la sustancia. Snape aferró el brazo de Sam y Harry se puso en guardia.
-          Mí…ra…me – le dijo a la chica. Los ojos verdes encontraron los oscuros, pero después de un segundo quedaron fijos y la mano que sujetaba a la chica golpeó el piso. Snape había muerto.
Se disponían a irse cuando la oz de Voldemort resonó en todas partes.
-           Han peleado valientemente y yo respeto mucho eso. Ahora les hablo a ustedes, Harry y Samantha Potter, han dejado que sus amigos mueran por ustedes. Tienen una hora para entregarse si no, mataré a cada hombre, mujer o niño que intente protegerlos. Los espero en el Bosque Prohibido. Una hora.
Regresaron al castillo. Pasaron por el comedor y vieron que estaban atendiendo a los heridos y reuniendo a los muertos, junto al cuerpo sin vida de Fred estaban Remus y Tonks, Sirius estaba inclinado junto a ellos y con gruesas lágrimas cayendo por su rostro, se veía herido en varios lugares, pero vivo, y fue lo único que les importó. Mientras Ron y Hermione se acercaban a la familia Weasley, que rodeaba el cuerpo de Fred, los gemelos que habían permanecido bajo la capa invisible se fueron al despacho del director.
 Allí vieron toda la historia de Snape. Vieron su infancia, su entrada a Hogwarts, su enemistad con su padre y su amor por su madre. Vieron como se había pasado al lado de Dumbledore cuando Voldemort sentenció a sus padres. Vieron su desesperación y su dolor cuando Voldemort mató a su madre. Vieron las conversaciones con Dumbledore para que mantuviera en secreto su amor por la pelirroja y su determinación de proteger a los gemelos; cómo Dumbledore le había pedido que lo matara, porque estaba sentenciado por la maldición del Horrocrux. Vieron con horror como Dumbledore le explicaba que en el momento en que Voldemort había atacado a Harry, un fragmento de su alma había ido a parar a Harry y cómo era necesario que Voldemort lo matara para  acabar con ese Horrocrux. Vieron la ira de Snape al sentirse engañado por Dumbledore, ya que sintió que todos esos años los había estado protegiendo, solo para que el chico muriera en el momento correcto;  vieron cómo el director planeo el escape de Harry y cómo Snape trataba de salvar a Lupin de una maldición que le lanzaba un mortífago y el Sectumsempra que lanzó, le dio George. Y  por último, cómo Nigellus le había avisado que los chicos estaban en el Bosque de Dean y cómo había puesto la espada en la charca.
Al fin conocían toda la verdad. Y ésta era aterradora. Sam se aferraba a su hermano como si de esa manera pudiera de alguna forma evitar lo que estaba por pasar. Harry le dijo a su hermana que le dejaba el trabajo de acabar con Nagini, pero ella se negó rotundamente a dejar que Harry se dirigiera, solo, al bosque. Dijo que entendía que no podía evitar lo que estaba por venir, pero que de ninguna manera lo dejaría solo. Si él debía morir, ella moriría con él. Harry se exasperó. Trató de utilizar todos los argumentos que se le ocurrieron.
-          Samantha – dijo con paciencia - nuestros padres nos separaron para salvarte, esto es algo que debo hacer “solo”, entiéndelo por favor. ¿Crees que puedo llevarte a la muerte así, sin más?. Piensa en Sirius, ¿lo vamos a dejar solo? Quiero que mi muerte sirva para algo, y si ese algo es salvarte, entonces que así sea. Además, no solo deberás deshacerte de Nagini, si yo soy el último Horrocrux, después de mi muerte Voldemort se sentirá seguro, podrás matar a la serpiente y luego podrás matarlo a él.
Sam lloraba con desesperación tratando de encontrar un fallo en el razonamiento de su hermano.
-          Sam –continuó Harry- empezamos esto juntos, estamos a punto de conseguirlo y después que yo no esté, tú debes terminarlo.
Por fin la chica accedió, pero le dijo que de igual manera no lo dejaría marchar solo. Que iría con él, de modo de saber el momento justo para matar a la serpiente. Se metieron bajo la capa nuevamente y emprendieron el camino, ya había pasado media hora, de la que Voldemort les había concedido. Pasaron junto a Neville y Harry le dijo a Sam que no se dejara ver. Se acercaron y Harry le dijo a Neville que había que matar a la serpiente de Voldemort, que era algo muy importante que debía hacerse. Después de asegurarse que Neville había entendido bien, se metió nuevamente bajo la capa y siguieron su camino.
Después que se habían adentrado bastante en el Bosque. Vieron a unos mortífagos y los siguieron. Llegaron a la hondonada de las arañas y allí estaban. Harry le dio un fuerte abrazo a su hermana y salió de debajo de la capa. Sam se hizo a un lado con el corazón apretado pero ya no le quedaban lágrimas.
-          Parece que he sido engañado –decía Voldemort
-          - No –dijo Harry – no lo has sido.
Harry tuvo intención de coger la varita de Draco, que tenía junto a su pecho para acabar con la serpiente, pero si lo intentaba los mortífagos se lo impedirían. Entonces vio un rayo de luz verde que venía directamente hacia él.
En el momento en que Harry recibió la maldición. Sam se desvaneció. Harry despertó en un lugar extraño que le pareció la estación King Cross. Allí se encontró con Dumbledore, que le dio todas las explicaciones que le debía. Y luego le dijo que era su decisión si volvía o no. Harry decidió volver.
Cuando despertó se dio cuenta de que Voldemort también debía haberse desmayado porque los mortífagos estaban preocupados y se mostraron muy aliviados cuando su señor se levantó. Harry trató de comunicarse con su hermana. Sam, Sam, estoy vivo. No te muevas de dónde estás. Voldemort le lanzó a Harry la maldición torturadora pero Harry no se movió. Sam sintió como un calor muy grande recorría su cuerpo pero no sintió dolor, así que se quedó quieta y en silencio como se lo había pedido su hermano. Narcisa Malfoy se acercó a comprobar que Harry estuviera muerto, le puso una mano en el pecho y sin que nadie la escuchara, apenas con un susurro le preguntó por Draco y él le contesto que estaba bien. Narcisa confirmó la muerte de Harry y Hagrid fue obligado a levantarlo y llevarlo en brazos al castillo. Harry volvió a comunicarse con su hermana. Quédate lo más cerca posible de Hagrid. Cuando llegaban al castillo Voldemort se dirigió a sus ocupantes, diciéndoles que había matado a Harry mientras intentaba huir, les dijo que rindieran y serían perdonados. Harry oyó las voces de McGonagall, Ron, Hermione, Ginny y Sirius. Todos los sobrevivientes empezaron a lanzarle insultos a los mortífagos. Voldemort los hizo callar y ordenó a Hagrid que dejara el cuerpo a sus pies. Volvió a decir que Harry trataba de escapara cuando él lo mató, entonces Ron le gritó y todos empezaron de nuevo a gritarle a Voldemort. Este volvió a lanzarle el encantamiento silenciador y de la multitud salió Neville y cargó contra Voldemort, quien le detuvo y preguntó quién era, y Bellatrix proporcionó la información.
-          Ah sí, ya recuerdo – dijo Voldemort – provienes de un linaje noble, necesitamos gente como tú Neville Longbothom.
-          Me uniré a ti cuando el infierno se congele – gritó Neville – Ejercito de Dumbledore – y hubo vítores de parte de la multitud que estaba en las escalinatas del castillo a quienes los hechizos silenciadores de Voldemort parecían no hacer nada.
Voldemort le colocó el sombrero seleccionador a Neville y éste comenzó a arder.  Entonces varias cosas ocurrieron a la vez. Se oyó como si muchas personas estuvieran acercándose al castillo, Grawp apareció gritando el nombre de Hagrid y se oyeron cascos al galope y tañidos de arcos cuyas flechas tomaron por sorpresa a los mortífagos. Sam aprovechó la confusión y se lanzó sobre su hermano para cubrirlo con la capa y ambos se apartaron de ahí. Neville se desembarazado del encantamiento que Voldemort había lanzado sobre el sombrero y de éste extrajo la espada de Griffindor y atacó a la serpiente, con un solo tajo separó la cabeza del cuerpo del animal. Voldemort lanzó un grito de furia, pero Harry y Sam lanzaron potentes escudos protectores entre Neville y Voldemort.
Reinaba el caos. Se veía a los centauros cargando contra los mortífagos, los thestrals y Bucbeck atacaban a los gigantes y cientos de magos salidos de no sabían dónde estaban llegando al colegio comandados por Charlie Weasley y Slughorn, eran los familiares y amigos de los estudiantes de Hogwarts. Harry y Sam todavía bajo la capa, le lanzaban hechizos a los mortífagos que caían sin saber qué o quién los habías atacado. Todos estaban siendo forzados a entrar al castillo donde la lucha era tremenda. Vieron que desde las cocinas salían los elfos domésticos con Kreacher a la cabeza, con cuchillos de cocina y atacaban en las piernas a los mortífagos. Voldemort luchaba contra McGonagall, Slughorn y Kingsley y muy cerca Bellatrix contra Ginny, Luna y Hermione. Harry quedó sin aliento cuando una maldición asesina casi alcanza a Ginny, pero la señora Weasley les grito que se apartaran de su camino y se enfrentó a Bellatrix, ésta se burlaba de Molly mientras la atacaba pero la señora Weasley le gritó que ella nunca más dañaría a ninguno de sus hijos. Entonces Harry y Sam lo vieron, en un segundo Bellatrix  fue alcanzada por la maldición de Molly y la luz escapó de sus ojos.
Voldemort enfurecido lanzó un hechizo con el que se quitó de encima a sus oponentes y se volvió hacia Molly Weasley. Harry y Sam lanzaron un potente Protego y Voldemort desconcertado se volvió a todos lados para ver quien había lanzado el hechizo y en ese momento los chicos salieron de debajo de la capa.
-          Que nadie intervenga – dijo Harry – esto es entre Voldemort y nosotros.
Harry y Sam avanzaron tomados de la mano.
-          ¿Realmente creen que pueden, dos chiquillos, enfrentarse a mí? –pregunto Voldemort con sorna
-          No matarás a nadie más esta noche, ni nunca más –dijo Sam.
-          ¿No lo entiendes Tom? – dijo Harry – estaba preparado para morir para evitar que hicieras daño a esta gente. Hice lo que hizo mi madre, protegerles de ti.
-          No has notado que no puedes herirles, no puedes torturarles,  ninguno de tus hechizos les ha tocado. No has aprendido nada de tus errores, Tom – dijo Sam
-          Se atreven…
-          Sí, nos atrevemos –dijo Harry- sabemos un montón de cosas que tu no. ¿Quieres saber algunas? –preguntó Harry.
-          ¿El amor de nuevo? ¿ Piensan que tienen una magia que yo desconozco o algún arma más poderosa que la mía? –dijo agitando la varita.
-          Las dos cosas –dijo Sam
-          ¿Creen de veras que conocen magia más poderosa? Yo que se cosas con las que Dumbledore ni siquiera soñó.
-          Oh, soñó con ellas –dijo Harry – solo que era más astuto que tú.
-          Era débil –dijo Voldemort con desprecio- El está muerto, yo ordené su muerte.
-          Creíste hacerlo –dijo Harry- Dumbledore planeó su propia muerte, Severus Snape siempre fue un espía de Dumbledore
-          Todavía la varita no funciona correctamente  para ti, ¿verdad Tom? –dijo Sam
-          Te aconsejo que pienses bien antes de matarnos –dijo Harry- ¿No escuchaste a Ollivanders?, la varita elige al mago. Esa varita no pertenecía a Snape, porque quien desarmó a Dumbledore fue Draco Malfoy, así que la varita le pertenecía a él y no a Snape.
-          Eso no tiene importancia, - dijo Voldemort- después me desharé de él.
-          Llegas tarde, yo desarme a Malfoy hace semanas –dijo Harry agitando la varita de Draco.
-          La pregunta es –intervino Sam - ¿sabe la varita que sostienes, que su último amo fue desarmado? Porque si es así, Harry es el auténtico amo de la Varita de Saúco.
En el Gran Comedor reinaba un silencio pesado, nadie se atrevía ni a respirar. Harry apretó la mano de su hermana y le dijo Es hora, y Sam dijo como si de una oración se tratara: Por el poder de Tu sangre, Mi sangre y la sangre de Nuestros Padres
-          Expelliarmus
-          Avada Kedavra
Los tres rayos colisionaron,  la Varita saltó de la mano de Voldemort y Harry con su habilidad de buscador la agarró en el aire. Tom Riddle cayó hacia atrás con los ojos rojos vacíos. Voldemort había muerto.
El tumulto estalló a su alrededor. Ron, Hermione, Sirius y Ginny fueron los primeros en alcanzar a los chicos y abrazarlos entre risas y lágrimas. Pero Harry y Sam se miraron y se abrazaron fuertemente. Por fin todo había terminado. 



 


Y si todo hubiese sido distinto - cap. 22 -

Horrocruxes

Las cosas en Grimauld Place habían cambiado dramáticamente desde que le habían dado el guardapelo de Regulus a Kreacher. Los atendía con esmero y hasta su trato hacia Hermione se había suavizado.
Con la noticia de que el primer Horrocrux lo tenía Dolores Umbridge, los chicos comenzaron a planear los próximos pasos a seguir. Diseñaron con mucho cuidado su entrada al ministerio. Durante varios días se turnaron para vigilar la entrada del ministerio hasta que llegó la fecha en que decidieron entrar. Usaron un poco de poción multijugos y la habilidad de Sam para las Transformaciones y entraron. Harry recuperó el ojo de Moody, que estaba en la puerta del despacho de Umbridge y entraron a un salón donde se llevaban a cabo las vistas para los nacidos muggles. Allí aturdieron a los miembros de la junta revisora le quitaron el guardapelo a Umbridge y con la ayuda de sus patronus lograron atravesar la sala llena de dementores. Pero cuando trataban de volver a Grimauld Place, sin querer arrastraron a Yaxley, uno de los mortífagos, y este vio el número 12 de Grimauld Place. De modo que tuvieron que desaparecerse y aparecieron en el bosque donde se había efectuado el mundial de Quidditch. Decidieron quedarse allí y las chicas hicieron los encantamientos protectores mientras Harry sacaba la tienda. Ron estaba herido porque se había escindido.
Esa noche mientras Harry montaba guardia en la puerta de la tienda, tuvo otra dolorosa visión de Voldemort torturando a Gregorovitc el fabricante de varitas. Sam que estaba tendida en una de las camas también lo vio. Vieron como Gregorovitch le decía a Voldemort que él no lo tenía que se lo habían robado y como Voldemort entraba a su mente y veía al ladrón. Pero al ladrón de qué, se preguntaban los chicos.
Habían acordado que no era seguro permanecer en un solo lugar. Así que levantaron el campamento y se aparecieron a las afueras de una ciudad comercial. Harry fue bajo la capa a ver si conseguía algo de comida pero estaba lleno de dementores y no pudo hacer el patronus. Eso los preocupó seriamente, pero se dieron cuenta de que no podía hacerlo porque llevaba colgado el guardapelo. Así que comenzaron a turnarse para llevarlo. Pero cada vez que alguien lo llevaba le afectaba de diferente manera. Ron se ponía irascible. Hermione taciturna. Sam la embarga la tristeza y Harry se sentía sofocado y con un fuerte peso en el estómago.
Cambiaron de lugar y acamparon cerca de una solitaria granja, donde consiguieron huevos y pan, dejándole dinero a sus dueños.
Como Dumbledore le había dicho a Harry que Voldemort probablemente guardaría los Horrocruxes en lugares importantes para él, repasaban constantemente qué lugares podría haber escogido. El Orfanato, Hogwarts, Burgin & Burke, Albania. Pero no llegaban a un acuerdo razonable. Trataron de ir al Orfanato donde había crecido Voldemort pero descubrieron que el lugar había sido demolido. Harry seguía pensando que debía haberlos escondido en lugares como Hogwarts, el ministerio de magia o Gringotts, lugares importantes.
Los chicos habían dejado de llamar a Voldemort por su nombre para no tener problemas con Ron, que estaba irritable y cada vez que llevaba el guardapelo se ponía directamente desagradable.
Como no se les ocurrieron nuevas ideas siguieron viajando, por medio de la aparición, a distintos lugares, laderas de montañas, cuevas cubiertas de guijarros, zonas boscosas, hendiduras en acantilados. Cada doce horas más o menos se cambiaban el guardapelo.
Cuando los días se convirtieron en semanas, Harry comenzó a pensar que sus amigos estaban arrepentidos de haberse embarcado en este viaje. Quizá pensaban que tenía un plan y en realidad no lo tenía. Solo sabía que tenía que buscar y destruir los Horrocruxes. El problema era que no sabía ni dónde buscar. Sam lo consolaba diciéndole que no, que todos sabían a lo que se exponían cuando decidieron venir, y que lo habían hecho porque eran sus amigos. Pero Harry había visto a Ron y a Hermione hablando con las cabezas juntas y callarse cuando lo veían llegar. Harry sabía que Sam tenía poderosas razones para estar a su lado pero los otros no, así que pensaba que en cualquier momento decidirían volver con los suyos.
Llegó el otoño, ahora armaban la tienda sobre mantos de hojas secas. Una noche mientras comían Ron dijo:
-          Mi madre puede hacer aparecer una comida decente del aire.
-          Es imposible hacer aparecer comida de la nada – dijo Hermione – puedes convocarla si sabes dónde está, puedes transformarla, puedes incrementar la cantidad si tienes un poco, pero…
-          - No te esfuerces en incrementar ésta –dijo Ron malhumorado.
De pronto escucharon ruidos y se pusieron alertas. Escucharon voces parecían dos o tres personas y unos duendes. Se enteraron que eran el señor Tonks, Dean Thomas, su compañero de Griffindor, un tal Dirk y dos duendes Griphook y Gornuk. Todos ellos estaban siendo perseguidos, los primeros por su estatus de sangre y los segundos porque no reconocían como director a ningún mago. Se enteraron de que Ginny, en compañía de otros chicos habían tratado de robar la espada de Griffindor pero Snape los había atrapado. Después de eso había enviado la espada a Gringotts, pero los duendes dijeron que era una falsificación. Nadie sabía dónde estaba la original. Snape había castigado cruelmente a los chicos pero no dijeron qué les hicieron. También dijeron que El Profeta publicaba puras mentiras, que había que leer El Quisquilloso, éste decía que todo mago que estuviera en contra de Voldemort debía ayudar a los Potter. Y se preguntaban dónde estarían los chicos. 
Hermione corrió a buscar su bolso y sacó la pintura de Phineas Nigellus, que había guardado en él, para preguntarle sobre lo que había pasado en el despacho del director. El les dijo que Ginny, Neville y Luna habían intentado robar la espada y que Snape los había enviado a cumplir un castigo con Hagrid al bosque prohibido. Harry suspiró aliviado. Le preguntaron también cuando había sido sacada la espada por última vez y él les dijo que Dumbledore lo hizo para golpear un anillo. Los chicos se miraron y cuando el hombre abandonó la pintura empezaron a sacar rápidas conclusiones. La espada era un poderoso objeto mágico aparte de que las hojas fabricadas por duendes absorbían aquello que las fortalecía, y esa espada estaba impregnada de veneno de basilisco, de modo que con ella se podían destruir los Horrocruxes, por eso Dumbledore quería que Harry la tuviera. Ron no participó para nada de la conversación. Y cuando trataron de que lo hiciera se desató una violenta discusión entre ellos, que terminó con la súbita salida de Ron.
Sam intentó consolar a Hermione pero la chica estaba deshecha. Harry por su parte también lo estaba pero no decía nada.
Pasaron los días y no volvieron  a tener noticias de Ron. Harry comenzó a sacar el mapa del merodeador para ver el puntito que de señalaba a Ginny y pensó que en cualquier momento vería aparecer uno que dijera Ron, pero eso no sucedió. De vez en cuando sacaban el retrato de Nigellus para tener noticias, pero éste no se mostraba muy contento de que le pusieran una venda sobre los ojos. Este les informó que Snape estaba enfrentando constantes problemas. A Ginny le habían prohibido las salidas a  Hogsmede, Snape había prohibido las reuniones de alumnos. De modo que supusieron que Ginny, Neville y Luna estaban tratando de reorganizar el ED. A Harry le entraron ganas de estar allí con ellos pero recordó que su cabeza y la de su hermana tenían precio, diez mil galeones por cada uno.
Llegó el invierno. Comenzaban a aparecer árboles y adornos de navidad en las casas y tiendas. Una noche Hermione y Sam estaban revisando el Libro de Beddle cuando le pidieron ayuda a Harry, éste se extraño porque si ellas que habían estudiado Runas no sabían, él mucho menos. Pero no era una Runa, era el mismo símbolo que tenia Xenophilus Lovegood y era el símbolo de Grindelwald, así se los hizo saber a las chicas informándoles que había sido Krum quien se lo había dicho. Les dijo, que había estado pensando que debían ir al Valle de Godric, de modo que se dedicaron a planear la ida. Hermione estaba segura  que Dumbledore le había dejado la espada a Bathilda Bagshot para que Harry fuera por ella. Sam no estaba muy segura de esa teoría, pero para no contradecir a Hermione, se quedó callada.
Aparecieron en el Valle la noche de navidad, vieron una estatua que había sido levantada allí en honor a sus padres. Fueron al cementerio y encontraron primero la tumba de la madre de Dumbledore y su hermana, después una tumba que tenía la marca del libro y pertenecía a un tal Ignotus Peverell, por fin encontraron la de sus padres:
James Potter                                                                                                                                                           Nacido el 20 de marzo de 1960                                                                                                                                            Murió el 31 de octubre de 1981

Lily Potter                                                                                                                                                                       Nacida el 30 de enero de 1960                                                                                                                                                        Murió el 31 de octubre de 1981
El último enemigo que debe ser destruido es la muerte
Los chicos lloraron ante la tumba de sus padres, por qué se habían ido, por qué los habían dejado, se sentían tan solos, de pronto no querían estar ahí, después de haber querido tanto estar ante la tumba de sus padres, ahora les parecía inútil. Hermione había conjurado una guirnalda de flores, mientras veía a sus amigos llorar con desconsuelo. Se levantaron y Harry le pasó un brazo por lo hombros a su hermana y se dispusieron a marcharse. De pronto Sam se detuvo, tenía la certeza de que alguien los vigilaba. Pero revisaron con la mirada el lugar y no vieron a nadie.
Salieron del cementerio y caminaron sin rumbo fijo. De pronto se encontraron frente  a la casa de sus padres. Presentaba un aspecto ruinoso. Y la vegetación crecía salvaje. Vieron la parte derecha del piso superior destruida. Cuando Harry tocó la verja un letrero se iluminó en el piso:
En este lugar, en la noche del 31 de octubre de 1981                                                                                                          Lily y James Potter perdieron sus vidas.                                                                                                                         Su hijo, Harry, permanece siendo el único Mago que                                                                                                       alguna vez haya sobrevivido a la Maldición                                                                                                               Imperdonable.                                                                                                                                                                      Esta casa, invisible para los muggles, se ha dejado                                                                                                                 en su estado ruinoso como monumento a los Potter,                                                                                                       y como recordatorio de la violencia                                                                                                                                         que destrozó a su familia.
Mucha gente había dejado mensajes a los chicos alentándolos y diciéndoles que estaban con ellos o simplemente deseándoles suerte. Notaron que una figura se movía hacia ellos. Cuando estuvo bastante cerca les hizo señas para que lo siguieran. Hermione se asustó mucho y Sam sintió que se encendía una alarma en su interior, pero Harry decidió seguirla. Llegaron a una casa que olía muy mal. La mujer le hizo señas a Harry de que la siguiera arriba y Harry así lo hizo. Sam le dijo a Hermione que no le gustaba aquello. Sam agarró una fotografía que había sobre una repisa y se fijó que era el ladrón que aparecía constantemente en las visiones que tenían de la mente Voldemort, aquel que le había robado algo a Gregorovitch. De pronto Sam sintió que la cicatriz comenzaba a quemarle y escucho una voz fría que decía Entretenle. Como pudo le dijo a Hermione que algo iba mal que tenían que subir. El espectáculo era aterrador la enorme serpiente de Voldemort estaba atacando a Harry y con la cola comenzó a atacarlas a ellas. La serpiente soltó a  Harry y se dirigió directamente a ellas. Harry apenas recuperó el aliento y vio el nuevo peligro, tenía que sacarlas de allí. Sam gritó de dolor. Harry estaba desesperado y su cicatriz le dolía terriblemente. Sam volvió a gritar pero esta vez para decirle algo a Hermione. Y Harry alcanzó a escuchar lo que él estaba a punto de gritarles, El viene. Los chicos estaban luchando por sus vidas. Harry las agarró a ambas en el momento en que Hermione gritaba Confringo y toda la habitación voló a su alrededor y Harry sin dudarlo saltó por la ventana arrastrando a las chicas con él. Y luego sintió la conocida opresión de la desaparición. No sabía quien estaba guiando la desaparición pero se alejaban. Y perdió el sentido.
Cuando despertó estaban en la tienda pero Hermione se veía cansada y ojerosa. Buscó a su hermana y la vio tendida en la otra cama. Hermione le explicó que habían estado inconscientes durante horas, que habían estado gritando y habían tenido fiebre. Les había curado las heridas donde la serpiente los había mordido. Sam abrió los ojos y Hermione comenzó de nuevo a contar lo que había sucedido. Pero la peor noticia fue, que en la lucha la varita de Harry se había partido y aunque trataron de repararla, no fue posible.
Hermione se había traído de la casa la biografía de Dumbledore escrita por Rita Skeeter y en ella encontraron la foto del ladrón, resultó ser una fotografía de Grindelwald. Leyeron muchas cosas en él que los dejaron muy descompuestos.
Una noche mientras Harry hacía la guardia, vio una cierva plateada y decidió seguirla, era un riesgo pero algo le decía de no entrañaba ningún peligro. La siguió durante  largo rato hasta que la cierva desapareció, pero Harry encontró una charca que en el fondo tenía la espada de Griffindor, encontró todo el asunto muy extraño, pero sin pensarlo mucho se sumergió a sacarla. Por poco le cuesta la vida. Por suerte Ron vino en su ayuda, rescató a Harry y sacó la espada de la charca. Después de eso, Harry abrió el guardapelo y de él surgieron las figuras de Harry y Hermione burlándose de Ron, abrazándose y besándose. Harry le gritó a Ron que lo destruyera pero éste estaba como en trance viendo todo aquello, hasta que por fin dejó caer la espada sobre el guardapelo y lo destruyó. Volvieron a la tienda muy contentos. Pero Hermione no se mostraba dispuesta a perdonar a Ron. Este les explicó lo difícil que había sido encontrarlos y que al fin lo había hecho con ayuda del Desiluminador.
Pasaron varios días y decidieron ir a ver al señor Lovegood para aclarar lo del símbolo del libro, estaban en las vacaciones de navidad y Luna debía estar en casa. Cuando llegaron a la colina que rodeaba a Ottery St Catchopole, los chicos sintieron nostalgia por su casa, estaba tan cerca. Ron también expresó lo mismo y los chicos se extrañaron, después de todo el acababa de estar en su casa. Pero Ron les dijo que no, que no había ido a su casa porque no habría podido soportar a Fred y a George que se lo habrían tomado “genial” y Ginny habría sido realmente “comprensiva”. Le preguntaron a dónde había ido y les dijo que estuvo en la casa de Bill.  El señor Lovegood los recibió pero se mostró bastante reticente  para ser alguien que le había estado diciendo al mundo que había que ayudar a los Potter. Les dijo que Luna estaba en el río, que iría a avisarle que ellos estaban ahí. Cuando le dijeron que la razón que los había llevado hasta allí era averiguar sobre el símbolo que llevaba el día de la boda, él les dijo que se trataba del símbolo de las reliquias de la muerte. Les habló del cuento de Los Tres Hermanos de Beddle y entonces Hermione les leyó el cuento para tener una idea de qué era de lo que hablaba el señor Lovegood.
Mientras el señor Lovegood, bajaba a preparar algo para comer Harry subió al cuarto de Luna y se dio cuenta de que Luna llevaba mucho tiempo  sin visitar ese lugar, así que enfrentó al padre y este confesó que los mortífagos se la habían llevado y que no se la devolverían si no entregaba a los Potter. Harry pensó rápidamente que habían caído en otra trampa. Así que le dijo a Lovegood que se apartara de su camino si no quería que le hicieran daño, pero mientras ellos veían por la ventana que se acercaban los mortífagos, Lovegood les lanzó un hechizo que esquivaron por poco, pero que le dio a un cuerno de Erumpent y hubo una explosión colosal.  Los mortífagos ya estaban en la casa pero no podían subir a causa del derrumbe que había causado la explosión. Los chicos tuvieron que desaparecerse, pero asegurándose de que vieran a Harry y a Sam para que no le hicieran daño al señor Lovegood.
Harry y Sam tuvieron una discusión porque posterior a la visita a Lovegood,  Harry se había obsesionado, con el asunto de Las Reliquias de la Muerte. Estaba seguro de que tenía dos de las reliquias, la capa y la piedra, ya que, según él, eso era lo que Dumbledore le había dejado dentro de la snitch. Pero seguía sin saber cómo abrirla. ¿Qué era aquello de “me abro en el cierre”?. Además estaba convencido de que eran descendientes del tercer hermano del cuento, Ignotus Peverell. Sam estaba dividida entre la certeza de que su hermano tenía razón y le necesidad de buscar los Horrocruxes. Pensaba que la certeza que sentía de que su hermano tuviera razón,  se debía más a su conexión con los pensamientos y sentimientos de Harry, que a su propia convicción.
Pero pronto tuvieron un problema más serio. Los snatchers los capturaron y a pesar de que Hermione y Sam hicieron rápidos hechizos para modificar las apariencias de Harry y de Sam, terminaron por reconocerlos, aunque a medias, y los llevaron a la Mansión Malfoy. Aquello fue una terrible pesadilla. Aquel lugar albergaba una amenaza de seria naturaleza, Bellatrix Lestrange. A pesar de todo nadie parecía capaz de reconocerlos. Le ordenaron a Draco que los identificara, éste se acercó a Harry y no pudo reconocerlo y cuando se acercó a Sam, ella tuvo la certeza de que la había reconocido, pero vio en sus ojos que se negaba a entregarla. A Sam la asaltó la duda. ¿Sería acaso posible que Draco Malfoy, realmente sintiera algo más allá del simple deseo de molestarla? Desechó ese pensamiento y se concentró en los problemas inmediatos. Lucius Malfoy estaba a punto de llamar a Voldemort cuando se dieron cuenta de que ellos tenían la espada. Bellatrix se mostró horrorizada, los mandó a encerrar en un calabozo, pero escogió a Hermione, a quien había identificado positivamente, para torturarla y que así le dijera de dónde habían sacado la espada.
Con ellos habían sido traídos también un duende y Dean, a quienes, al parecer, habían capturado previamente. En el calabozo encontraron a Luna y al señor Ollivander. Se sintieron desesperados al oír los chillidos de dolor de Hermione, pero nada podían hacer. En ese momento no supieron cómo (Harry se los explicaría después) pero Dobby llegó a rescatarlos. Se llevó primero a Dean, Luna y el señor Ollivanders, Ron dijo que a la casa de Bill. Al duende se lo habían llevado arriba para que dijera si la espada era auténtica. Cuando enviaron a Colagusano por los chicos, sucedió algo muy extraño, forcejearon un poco y el hombre dudó un momento cuando atacaba a Harry y seguidamente se asfixió con su propia mano. Los chicos no se detuvieron en consideraciones y subieron a toda carrera, se enredaron en una violenta lucha, Ron aturdió a Lucius Malfoy, Harry desarmó a Draco y Sam luchaba a brazo partido contra Bellatrix, sufrió varias heridas y cortes, hasta que la desarmó también. Ron cogió a Hermione y Harry cargó al duende en su espalda y tomó la mano de Sam, quien estaba cegada por el dolor en la cicatriz y dieron la mano a Dobby, lo último que vieron mientras  desaparecían fue a  Bellatrix que lanzó una daga e hirió al elfo. Cuando llegaron a Shell Cottage, éste falleció.

Pasaron varios días en la casa de Bill y Fleur, en los que hicieron un trato con el duende para que los ayudara a entrar en Gringotts, éste accedió a ayudarlos a cambio de la espada. El señor Ollivanders les había explicado todo lo que sabía de las varitas, pero no pudo explicar el extraño comportamiento de la varita de Harry. Ya sabían que Voldemort iba tras la varita de saúco y sabían además que, quien la había robado era Grindelwald, por lo tanto la varita estaba en la tumba de Dumbledore quien fue el que derrotó a Grindelwald. Y Voldemort, lo sabía también. Mientras estaban en casa de Bill se enteraron que habían “marcado” a la familia Weasley en cuanto se enteraron que Ron estaba con los Potter, de modo que ahora todos se estaban escondiendo. También recibieron la inesperada visita de Lupin, para anunciar el nacimiento de su hijo. Harry y Sam le hicieron prometer que no le diría a Sirius que ellos estaban allí. Cuando tuvieron todo listo entraron a Gringotts. Otra pesadilla. Se quemaron con los objetos que se multiplicaban al tocarlos, habían sido descubiertos y venían en su persecución. Griphook les quitó la espada. Lograron escapar liberando al dragón que vigilaba las cámaras de seguridad, y montando sobre él, salieron volando, dejando tras de sí una serie de destrozos.  Pero habían conseguido la Copa de Hufflepuff.