El verano para Harry estaba resultando relativamente
tranquilo. Tuvo un momento de pánico cuando se enteró de por culpa de la dieta
que tenía que seguir su primo toda la familia pasaría hambre para apoyarlo,
pero se recuperó rápidamente, les escribió a su hermana y a sus mejores amigos
y ellos respondieron maravillosamente, enviándole pasteles y cajas de dulces.
Esa mañana se había despertado sobresaltado, con una terrible pesadilla
relacionada con Voldemort en donde éste mataba a un hombre y planeaba su propia
muerte. Cuando despertó le dolía terriblemente la cicatriz, pero ya el dolor
había ido desapareciendo. Pensó en escribirle a su hermana, pero recordó que no
era necesario, probablemente Sam habría soñado lo mismo. Entonces recordó a
Sirius y le escribió a él.
Los Weasley lo habían invitado a asistir a los
Mundiales de quidditch y a pasar el resto del verano con ellos. Y todo eso fue
posible gracias a que le había dicho a sus tíos que su padrino era un criminal
peligroso y éstos por miedo a que les hiciera algo le habían dado su
consentimiento. Harry olvidó, convenientemente, decirles que era inocente.
En el evento sucedieron un par de cosas extrañas. Los
mortífagos se habían desatado, estaban quemando todo a su paso así que el señor
Weasley los hizo salir a todos de la tienda diciéndoles que se internaran en el
bosque. Mientras corrían se encontraron a Malfoy, que para variar no podía dejar
de ser desagradable:
-
Es mejor que huyas
Granger, tu puedes ser la próxima.
-
Seguro que tus
padres llevan una máscara esta noche – dijo Samantha
-
Muñeca, yo en tu
lugar escogería mejor las amistades – y se acercó a la chica extendiendo la
mano como para agarrarla – si vienes conmigo, no tendrías que correr.
Tres varitas apuntaron al pecho de Malfoy.
-
Aléjate – dijo Ron
-
Ni lo sueñes,
Malfoy – dijo Fred
-
Ella está fuera de
tu alcance – dijo George
-
Si te atreves a
acercarte a mi hermana, – dijo Harry con voz acerada, mientras se acercaba – si
te atreves a ponerle un dedo encima, te juro que te arrepentirás Malfoy – y sin
más trámite le estampó un puñetazo en plena cara.
Sintieron que la gente corría desbocada y casi los
atropella, Harry agarró la mano de Sam, Ron a Hermione y corrieron. Se
detuvieron sin aliento y notaron que Fred, George y Ginny, ya no venían con
ellos.
-
Vamos – Dijo
Hermione – tenemos que encontrar a los demás.
Harry notó que había perdido su varita, con la que
descubrieron, posteriormente, que se había invocado la marca tenebrosa. Hecho
por el cual terminaron acusando a la elfina doméstica del señor Crouch y éste como castigo la despidió.
Volvieron a la tienda para descansar un poco y al día siguiente partieron muy
temprano de regreso a La
Madriguera. El resto del verano transcurrió sin incidentes
salvo que el señor Weasley tenía mucho trabajo. Los gemelos Weasley estaban muy
contentos porque habían ganado la apuesta que hicieran de que ganaría Irlanda
pero Krum atraparía la snitch.
Así llegó el momento de regresar al colegio. En el banquete de bienvenida Dumbledore
anunció que ese año estaba suspendida la Copa de Quidditch. Samantha se sobresaltó cuando
Fred, que estaba sentado a su lado comenzó a gritar igual que casi todos los
miembros de los diferentes equipos de las casas, pero Dumbledore siguió
imperturbable y les anunció que la razón era que ese año llevaría a cabo el Torneo de Los Tres Magos
en Hogwarts por lo que tendrían las visitas de los estudiantes de dos colegios
muy importantes Beauxbatons y Durmstrang. También anunció que debido a la
cantidad de muertes que habían ocurrido en los anteriores torneos, este año
extremarían las medidas de seguridad y que los estudiantes menores de 17 años
no podrían participar.
De ese modo comenzó el nuevo año escolar. Tenían un
nuevo profesor de DCAO, era Ojoloco Moody,
un hombre que había sido auror. El resto del profesorado era el mismo
incluyendo a un Snape excepcionalmente furioso con los chicos, esto se debía a
que el profesor estaba seguro de la participación de los chicos en la fuga de
Sirius. Y a propósito de Sirius, los chicos estaban muy preocupados porque no
habían recibo respuesta a sus cartas (Sam también le había escrito, hablándole
del sueño).
Mlafoy se había convertido en una nueva amenaza y
todos lo notaron con creciente preocupación. Le había dado por perseguir a Samantha dejando muy en claro su
creciente interés por ella. Lo que provocaba violentos estallidos de cólera en
Harry. Por otro lado Harry tampoco podía ocultar su propio interés por Cho
Chang, la buscadora de Ravenclaw.
El Profeta publicó un artículo en el que citaban al padre de Ron
y Malfoy, como era su costumbre hizo fiesta con el asunto:
-
Mira Weasley, viene
una foto de tus padres en la puerta de
su casa…bueno si es que a eso se le puede llamar casa.
-
Métetelo por donde
te quepa Malfoy – dijo Harry – vamos Ron
-
Una linda damita
como tú –dijo mirando a Samantha- no debería frecuentar esa clase de lugares.
-
No molestes, Malfoy
– dijo agriamente Samantha.
-
Dime Potter ¿su
madre tiene ese aspecto de cerdito al natural o es solo la foto?
-
Y te has fijado en
la tuya? Siempre tiene esa expresión como si estuviera oliendo mierda ¿o es
solo cuando tú estas cerca?
-
No te metas con mi
madre -dijo Malfoy, pero los chicos ya
se alejaban.
Harry sintió que algo le pasaba rozando pero cuando
metió la mano en la túnica para buscar
la varita. Se oyó otro hechizo. El profesor Moody había transformado a Malfoy
en hurón y lo hacía botar en el aire. La diversión no duró mucho porque la
profesora McGonagall llegó, deshizo el hechizo,
riñó a Moody y todo terminó.
La primera clase con Moody no resultó muy placentera
para los chicos. Hablaron de las maldiciones imperdonables y el profesor hizo
la demostración con unas arañas. Hubo tres personas a las que la clase no les
sentó nada bien. Neville, Harry y Samantha. Nadie sabía por qué la clase había
afectado tanto a Neville. Pero cuando terminó y Ron hablaba emocionado de la
maldición asesina enmudeció al ver el rostro de sus amigos.
Hermione se había embarcado en una cruzada por la
defensa de los derechos de los elfos domésticos, argumentando que tenían una
vida muy dura. Para ello creó una especie de asociación con las siglas
P.E.D.D.O, hizo unas chapas y afilió a sus tres amigos. Intentó afiliar a más
gente pero nadie le prestaba mucha atención. Por esa misma fecha les llegó la
respuesta de Sirius, les decía que volvía hacia el norte para estar cerca de
ellos y que si les volvía a doler la cicatriz fueran directamente a hablar con Dumbledore. Harry
se puso furioso consigo mismo por haberle contado, si eso lo hacía volver y
ponerse en peligro. Samantha estaba dividida entre la furia y el miedo por
Sirius.
Samantha tenía una nueva preocupación llamada Fred
Weasley. El chico había estado mostrándose muy atento y algo más cariñoso de lo
habitual desde el verano. Ella le tenía
aprecio a los Weasley pero en realidad no estaba interesada en él, al menos no
de esa manera. Pero no tenía mucho tiempo que dedicarle a esos pensamientos ya
que las clases de DCAO se habían puesto muy difíciles, pues el profesor anunció
que les echaría la maldición imperius
por turnos. Harry y Samantha casi logran resistirse, pero a costa de muchos
golpes. Por otro lado la profesora McGonagall les dijo que ya debían empezar a
prepararse para los TIMOS que serían el año entrante, así que les dejaba mucho
trabajo.
Así llegaron a finales de octubre y sus visitantes
llegaron al castillo. Entre los estudiantes de Durmstrang estaba Víctor Krum,
el famoso jugador de quidditch búlgaro. El director de ese colegio era un
hombre llamado Karkarov. La directora de Beauxbatons era Madame Maxime, y Ron
babeaba por una de las chicas de Beauxbatons lo que provocó la ira de Hermione.
La selección de los campeones tendría lugar después
del banquete de Halloween, así que todos esperaban con expectación ese momento.
El Cáliz de Fuego fue dejado en el vestíbulo para que todo el que quisiera
participar pudiera colocar su nombre dentro. Los gemelos se tomaron una poción
envejecedora y trataron de poner su nombre, pero salieron despedidos y les
salió una barba blanca.
Después del banquete el Cáliz fue traído nuevamente al
comedor, se atenuaron las luces y esperaron. El primero en salir fue el campeón
de Durmstrang que resultó Víctor Krum. Luego salió el de Beauxbatons, Fleur
Delacour y por último el de Hogwarts Cedric Digory. Pero cuando ya todos se
disponían a festejar a sus campeones el cáliz soltó otro nombre. Harry Potter.
Samantha sintió que su corazón dejó de latir. Intentó
saber que estaba pensando su hermano, algo en lo que ya tenían mucha práctica,
pero el chico tenía la mente en blanco, Hermione tuvo que empujarlo para que
fuese con los demás.
Nadie supo nunca que sucedió. Pero lo cierto fue que
Harry no pudo salir de eso. Samantha sabía con toda certeza que su hermano no
se había propuesto, sin embargo ahí estaba. Mientras todos los Griffindors
festejaban en la sala común Samantha salió y espero a Harry en la entrada.
Cuando llegó traía cara de consternación.
-
Prepárate para el
barullo que hay dentro –le dijo la chica- nadie quiere escuchar que tú no lo
hiciste.
-
Pero tú sabes que
no lo hice – dijo molesto.
-
Yo sí, pero nadie va a creerte.
Y así fue. Nadie quería creerle. Se deshizo como pudo
de todos y subió a su habitación. Pero para su sorpresa tampoco Ron le creyó.
Esto creó un conflicto entre los amigos que terminaron por no hablarse, esto
afectaba mucho a las chicas que no sabían qué hacer para componer la situación,
así que llegaron a la conclusión de que
eso solo podían arreglarlo entre ellos. Eso sí, escribieron a Sirius para
ponerlo al corriente de la situación. Malfoy por supuesto se puso imposible.
Snape parecía odiarlo más que nunca. Y para complicar más las cosas salió un
artículo de lo más absurdo en El Profeta
escrito por una mujer llamada Rita
Skeeter que los había entrevistado el día que hicieron la comprobación de las
varitas, y que incluía la falsa información de que Harry estaba de novio con
Hermione. Lo peor era que el resto del colegio parecía opinar igual que Malfoy,
que Harry lo había hecho porque necesitaba la atención de los demás.
Los días de
noviembre parecían estar corriendo muy deprisa y el día de la primera prueba se
acercaba. Hagrid le había mostrado a Harry en qué consistiría, Dragones. El profesor Moody le había
dado una idea a Harry de cómo burlarlo. La noche del 22 Sirius había quedado en
aparecerse en la chimenea de la sala común para conversar con los chicos y así
lo hizo. Primero escuchó con atención todo lo que Harry tenía que decir, sin
dejar de dedicarle miradas y tiernas sonrisas a su ahijada, pero ambos sabían
que era Harry quien lo necesitaba en ese momento. Les dijo que se cuidaran, que Karkarov había
sido un mortífago. Y cuando estaba a
punto de decirle un modo de burlar al
dragón escucharon ruidos y le dijeron a Sirius que desapareciera.
Así llegó el día de la primera prueba y para sorpresa
de todos Harry fue el más rápido en
burlar al dragón. Mediante un sencillo hechizo convocador hizo venir a su
escoba y ejecutando una serie de maniobras evasivas logró que el dragón se
levantase y aprovechó y cogió el huevo que era el objetivo de la prueba. Cuando
bajó se lo llevaron a la enfermería porque tenía una pequeña herida pero
enseguida llegaron Samantha y Hermione seguidas de…Ron, quien venía blanco como
un papel.
-
Harry –dijo Ron –
quienquiera que haya metido tu nombre en el cáliz quería verte muerto.
Fue como si las últimas semanas se hubieran borrado y
a partir de entonces todo volvió a la normalidad. Pero la alegría le duró poco
porque unos días después la profesora McGonagall le informó que como campeón
del colegio debía abrir el baile de navidad, eso supuso para Harry un terrible
dolor de cabeza, porque a pesar de que la actitud del resto de los alumnos
había cambiado una vez que vieron a lo que se enfrentaban, Harry no encontraba
el valor para pedirle a Cho que lo acompañara al baile. Por su parte Malfoy,
con el mayor descaro había invitado a Samantha a ir con él. La cosa no habría
pasado de ahí de no ser porque en ese momento iban pasando los gemelos y Fred
se paró frente a Malfoy.
-
Ni lo sueñes Malfoy
–dijo- ella no va contigo a ningún lado.
-
¿Y quién eres tú
para impedirlo Weasley?
-
Ella irá conmigo -
dijo Fred en un arranque desesperado.
-
Ja, no creo que
prefiera a un perdedor como tú – se burló el rubio.
Las orejas de Fred adquirieron un peligroso color rojo
y ya se estaba llevando la mano a la túnica por su varita cuando intervino
Samantha.
-
Para tu
información Malfoy, yo tomo mis propias decisiones, y eres “tú”, el que no es nadie. Iré con Fred. Y ahora sal de mi camino –le dijo
con ira y lo miró con un peligroso brillo
en sus ojos, que Malfoy prudentemente decidió no pasar por alto.
Por las dudas agarró a Fred y entraron al comedor.
-
Gracias – le dijo a
Fred.
-
No, gracias a ti
por aceptar –dijo él – porque ¿irás conmigo, no? – preguntó dudoso.
-
Eso dije – contestó
y se marchó a sentarse.
Comentó lo sucedido con Hermione y le aclaró que en realidad no quería darle
esperanzas a Fred. Entonces su amiga le aconsejó prudentemente, que
aprovechara la oportunidad y hablara con
él y dejaran las cosas claras.
Harry y Ron seguían sin pareja. Tarde se dieron cuenta
que tenían tres chicas a las que habrían podido pedírselo. Hermione, Samantha y
Ginny. Cuando se les ocurrió la idea ya todas tenían pareja. Cuando Harry por
fin se atrevió a pedírselo a Cho resultó
que esta ya estaba comprometida con
Cedric y Ron cometió la estupidez de pedírselo a Fleur. De modo que Harry tomó
la decisión de hablar con Parvati y ésta le prometió hablar con su hermana
Padma para que fuese la pareja de Ron. Llegó la noche del baile. La túnica de
Ron era francamente horrorosa pero nada podían hacer así que bajaron. Harry salió
del brazo de Parvati y fueron a buscar a la hermana de ésta. Una vez en el
vestíbulo la profesora McGonagall les metía prisa para que encontraran a sus
parejas, ya que muchos habían quedado
con alumnos de otras casas. Ron entró al
salón con Padma y Harry y su pareja se quedaron afuera ya que los campeones
eran los últimos en entrar.
-
Están preciosas –
dijo de pronto Parvati mirando con
asombro a lo alto de la escalera.
Harry vio a dos hermosísimas chicas bajando las
escaleras y saliendo de su asombro se dio cuenta de que eran Hermione y su
hermana. Cuando ya llegaban al pie de la escalera se adelantó Krum y tomó el
brazo de Hermione y lo mismo hizo Fred con Samantha. Malfoy que acababa de
aparecer por otro extremo se quedó paralizado al ver a Samantha en realidad
estaba preciosa con una túnica verde que hacía juego con sus ojos color
esmeralda. Recibió un codazo de Pansy Parkinson y desvió la vista solo para
mirar con odio a Fred Weasley.
La comida estuvo deliciosa y se divirtieron bastante
bailando, al menos Hermione y Samantha disfrutaron del baile porque Harry y
Ron, no, de hecho sus parejas hartas de que no las sacaran a bailar, se fueron
con otros chicos.
-
Samantha – dijo
Fred – me estaba preguntando ¿si te gustaría salir conmigo?
El momento que tanto había temido Samantha había
llegado.
-
Fred, yo te aprecio
mucho, pero no estoy enamorada de ti – dijo apenada la chica, pero para su
sorpresa Fred sonrió.
-
Eso ya lo sé Sam,
te estoy pidiendo que me des la oportunidad de enamorarte. O es que te gusta
alguien mas?
-
No, nadie. Pero
tampoco me gustaría estropear nuestra amistad por algo que no es seguro.
-
Prometo que no se
va a estropear nada. Si no funciona, prometo seguir siendo tu amigo.
-
Estás prometiendo
mucho – dijo la chica.
-
Podría prometerte
cualquier cosa, linda, porque la diferencia entre tú y yo es que yo sí estoy
enamorado y sería capaz de hacer cualquier cosa que me pidieras.
Fred la dejó un momento en la mesa de su hermano y le
dijo que él y George debían arreglar un asunto. Al poco rato llegó Hermione y se enzarzó en una
discusión con Ron. Fred regresó y siguieron bailando. Ron y Harry salieron a
dar una vuelta por el jardín.
Cuando terminó el baile los chicos se dispusieron a
subir a la torre. Pero cundo estaban subiendo Cedric llamó a Harry, éste se
detuvo y los demás siguieron su camino. Cuando Harry llegó a la torre encontró
a Hermione y a Ron en medio de una violenta discusión. Después de esto cada quien
subió a su habitación.
En la próxima salida a Hogsmeade se encontraron con
Sirius en un lugar que él les había indicado. Le llevaron tanta comida como
pudieron. Lo acompañaron hasta una cueva donde les dijo que se había estado
escondiendo. Estuvieron mucho rato conversando con él. Luego se despidieron y
volvieron al colegio.
El día de la segunda prueba llegó con sorprendente
rapidez. Harry también la superó con ayuda de Dobby y aunque se tardó porque
quería salvar a todos los rehenes obtuvo un buen puntaje.
Rita Skeeter seguía escribiendo estupideces. Primero
la emprendió contra Hagrid publicando que era un semigigante y luego contra
Hermione diciendo que era una especie de trepadora social, que había dejado a
Harry por Krum. Los chicos se preguntaban de dónde sacaba la información.
Y de ese modo llegó el día de la última prueba. Ese
día Skeeter había publicado un artículo que retrataba a Harry como un
desquiciado peligroso. Pero como ya estaban acostumbrados, no le prestaron
mucha atención. Llegó la hora de entrar al laberinto y todos le desearon buena
suerte a Harry.
Cuando había pasado mucho tiempo. Samantha sintió que
empezaba a dolerle la cicatriz, se aferró a Fred que estaba a su lado y quien
muy preocupado no sabía qué hacer. Le dolía tanto que sentía náuseas. Veía como
en un sueño lo que estaba viendo su hermano, pudo ver todo el ritual para
devolverle un cuerpo a Voldemort, vio la llegada de los mortífagos, sintió el dolor de la maldición cruciatus, luego el duelo, después
escuchó como Voldemort, amenazaba a Harry diciéndole que después de terminar
con él iría por ella, escuchó el canto del fénix, pero las cosas empezaron a
girar a su alrededor y se desmayó. Fred
la tomó en brazos y bajó en busca de Dumbledore ya que Hermione estaba segura
de que estaba teniendo una pesadilla y las órdenes de Sirius habían sido que si
tenían más pesadillas fueran a hablar con Dumbledore. Cuando llegaron hasta a
él la chica apenas entreabrió los ojos y le dijo al director.
-
Ha vuelto – y se
desmayó
Todos estaban preguntándose qué hacer cuando de la
nada salieron Harry y Cedric.
Samantha abrió los ojos lentamente, se sentía
adolorida. Trató de moverse y una voz preocupada le dijo que no lo hiciera
cuando logró enfocar vio a Sirius que la acunaba en sus brazos.
-
Sirius – trató de
hablar pero sintió todo el horror que había presenciado.
-
Tranquila princesa,
no hables.
En ese momento llegaron Harry y Dumbledore. A pesar de
que Harry estaba agotado y adolorido corrió hacia su hermana y la abrazó
preguntándole preocupado cómo estaba.
-
¿Lo viste todo
verdad? – preguntó
-
Sí – dijo ella
simplemente.
Les contó a Dumbledore y a Sirius todo lo que había
ocurrido en el cementerio. Cuando llegó al momento en que se conectaron las
varitas se encontró con la garganta
obstruida y Samantha empezó a llorar. Sirius abrazó a su ahijada y le puso una
mano en el hombro a Harry. Este prosiguió con su relato hasta el final.
Luego Dumbledore los llevó a la enfermería y le dijo a
Sirius que si quería podía quedarse con ellos. Pero no duró mucho. Fudge no
creyó lo que Harry decía y Crouch había recibido el beso del dementor y no
podía decir nada útil. De modo que cuando se fue, Dumbledore enseguida se puso
en movimiento para reorganizar a la antigua Orden del Fénix.
Voldemort había vuelto
y la batalla comenzaba de nuevo.
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