La Magia de Harry Potter

Los personajes y el mundo donde se desarrollan las historias que se publicarán en este Blog son de la exclusiva propiedad de J.K. Rowlings, solo la trama y algunos personajes me pertenecen y por esa razón los nombres de los mismos serán utilizados en otras historias. Bienvenidos y espero que disfruten de las historias. Merlina

sábado, 8 de febrero de 2014

Y si todo hubiese sido distinto - cap. 10 -

Hermanos

El Caldero Chorreante estaba tan abarrotado como siempre, así que se formó una pequeña conmoción cuando Dumbledore entró acompañado de los dos niños. Todos los miraban con mudo asombro, y se preguntaban lo mismo, sin embrago el profesor caminó imperturbable hacia Tom, el cantinero,  le solicitó la llave de la habitación que había reservado, y guió a los demás escaleras arriba.
El asombro de la multitud que los había estado observando mientras se perdían escaleras arriba, no era nada comparado con el estupor de los niños. Le mente de Harry parecía haberse quedado en blanco, solo veía su cara en otro cuerpo. Mientras que la de Samantha corría a toda velocidad. Había leído acerca de los hermanos gemelos, y ellos sin la menor duda eran idénticos, hasta la extraña marca que tenía en la frente, en forma e rayo, debía tratarse de alguna marca de nacimiento de su familia, este chico era su gemelo, no tenía ninguna duda de ello,  pero eso fue algo que la sorprendió inicialmente ahora su mente estaba ocupada en analizar las razones por las cuales los separaron, y en recordar las diferentes ocasiones en que experimentó sensaciones o emociones que no correspondían al momento. Sus pensamientos fueron detenidos bruscamente al escuchar la voz de Dumbledore que se dirigía a ella, lo miró y se fijó que estaban en una pequeña estancia donde se encontraba una mesa redonda, cuatro sillas y un servicio de té y pastas.
-          Samantha, quieres tomar asiento, por favor – dijo el anciano. – Tú también Harry
Ambos chicos tomaron  asiento. Samantha miraba a su hermano con curiosidad, sin embargo el chico miraba a cualquier lado menos a la niña, ella sonrió, por algún motivo él tenía miedo de mirarla. Por su parte Harry, que por fin había salido de la especie de shock que le había causado el encuentro, estaba preguntándose si no estaría en uno de esos sueños extraños que solía tener con motos voladoras y luces verdes. Sintió que la chica lo estaba mirando con insistencia entonces la miró, la sensación fue  la misma, como si estuviese mirándose en un espejo, pero esta vez notó algunas diferencias, ella tenía el cabello más largo y suave (se veía ordenado) y no llevaba gafas, pero por todo lo demás que podía ver eran exactamente iguales, hasta la extraña cicatriz, que había sido lo único que le gustara siempre de su persona.
-           Bien, debo decirles que este encuentro no resultó como yo lo había planeado, pero eso sólo demuestra que hasta los planes mejor trazados pueden fallar. Sin embargo, -continuó – nada se ha perdido. Supongo que tienen muchas preguntas pero les voy a pedir que tengan un poco de paciencia y me permitan contarles la historia.
Los niños estaban atentos a cada una de las palabras de Dumbledore, éste les fue narrando paso a paso los pormenores de su nacimiento y posterior separación. Pero se vio obligado a ocultar ciertos detalles, en su opinión los niños estaban muy pequeños aún para saber ciertas cosas, claro que esto no resultó sencillo, porque ambos chicos mostraban una mente despierta, y apenas consideró que había llegado al término de todo cuanto podía contarles, los chicos comenzaron a acribillarlo a preguntas.
-          Un momento, uno por uno – dijo el anciano – y déjenme decirles que no les mentiré, pero sólo contestaré aquello que pueda decirles.
-          Por qué nos separaron? – preguntó Samantha, que fue la primera en reaccionar
-          Vaya, lo primero que preguntas y no puedo contestar a eso, no aún, quizá algún día.
-          Por qué mi tía nunca me habló de mi hermana? – preguntó Harry
-          Sencillamente, porque ella tampoco sabe de su existencia, para ella tu madre solo te tuvo a ti – contestó el director.
Los niños guardaron silencio, como evaluando la conveniencia de hacer más preguntas. Se miraron, de forma más confiada ahora, y parecieron llegar a la misma conclusión. Ya tendrían oportunidad de averiguar más cosas ahora que vivirían en el mundo mágico.
-          Niños – Dumbledore los miró a ambos – lo importante de todo esto es que ahora van a estar juntos y que recuerden que sus padres fueron hechiceros muy valientes y  talentosos, que se enfrentaron al mago oscuro más peligroso de los últimos tiempos para salvar a nuestro mundo y que, al igual que muchos otros perdieron la vida tratando de proteger a su familia.
Por las mejillas de Samantha corrían unas silenciosas lágrimas, imaginando, no solo a sus padres y a su madrina, sino a todas esas personas que perdieron la vida y que no tuvieron la oportunidad de ver crecer a sus hijos por culpa de Voldemort.
Unos pensamientos parecidos cruzaban por la mente de Harry, mientras miraba llorar a su hermana, quien se había levantado y tenía los brazos cruzados en el pecho, pero el dolor dio paso a una creciente ira dirigida hacia el monstruo que le había hecho esto a su familia y a tantas otras. Se levantó, se acercó a la niña y con delicadeza le levantó el rostro,  y le dijo:
-          No llores – y le limpió las lágrimas – ya no volverás a sentirte sola, de ahora en adelante yo te protegeré y te juro por la memoria de nuestros padres, que si Voldemort aún está vivo y regresa,  algún día pagará por lo que ha hecho, yo me aseguraré de eso – dicho esto, abrazó fuertemente a su hermana.
-          Ah! La sangre, cosa tan poderosa como el amor – dijo Dumbledore en voz baja a Hagrid, quien había permanecido como mudo testigo de toda la conversación limitándose a llorar y a sonarse fuertemente con un pañuelo de lunares.

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