Los chicos no tenían idea de lo difícil que sería ese
año. Y comenzó en el tren. Antes de llegar el tren se detuvo y subieron unas
criaturas terroríficas, eran los guardias de Azkaban. Todos sintieron un frío
antinatural y como si toda la alegría del mundo hubiera desaparecido, pero
Harry y Samantha perdieron el conocimiento. El hombre que iba en el vagón con
ellos resultó ser el nuevo profesor de DCAO, de eso se enteraron en el banquete
cuando Dumbledore lo presentó. Otro
nuevo miembro del profesorado era Hagrid, quien impartiría la asignatura de
Cuidado de Criaturas Mágicas, todos se
pusieron muy contentos. Hermione tenía un horario muy apretado ya que vería
todas las asignaturas que había y todos se preguntaron cómo se las arreglaría,
por su parte Ron y Harry sólo tendrían dos asignaturas nuevas Cuidado de
Criaturas Mágicas y Adivinación, Samantha vería Cuidado de Criaturas Mágicas,
Aritmancia y Runas Antiguas, pero descartó Adivinación.
En la primera clase con Hagrid, les mostró un
hipogrifo, les explicó cómo tratarlos y Harry incluso pudo montarlo, pero el
estúpido de Malfoy insultó al animal y resultó lastimado. Resultado de esto, el
padre de Malfoy hizo que sentenciaran a Buckbeck (el hipogrifo).
El profesor de DCAO resultó un excelente docente y muy
simpático, lo único malo era que con frecuencia faltaba a clases, parecía no
tener una muy buena salud.
En el primer partido de quidditch, pasaron un susto
terrible, ya que los dementores
entraron al campo y Harry cayó de su escoba, la cual se hizo pedazos al chocar
contra el sauce boxeador. Harry y Samantha después de hablarlo mucho llegaron a
la conclusión de que había algo malo con ellos ya que los dementores parecían
afectarles más que a los demás. Pero el profesor Lupin (DCAO) les explicó que
no era así, sino que en su pasado había cosas terribles y por eso los afectaba tanto. Del mismo modo
quedó en enseñarlos a defenderse de ellos. También resultó que el profesor
Lupin fue compañero de sus padres en el colegio.
Poco antes de las vacaciones de Navidad los gemelos
Weasley le hicieron a Harry el mejor regalo que se pudiera imaginar, un mapa
con todos los pasadizos secretos de Hogwarts, pero no solo eso, también
mostraba a todas las personas que se movían dentro del castillo y en los
terrenos del colegio. Gracias a esto los chicos pudieron ir a Hogsmeade. Al
principio Hermione se puso fastidiosa pero tuvo que aceptar que con el pueblo
abarrotado de estudiantes era difícil que los descubrieran. Tampoco pudieron
pasear mucho, el frío y el aguanieve no se los permitió así que entraron en las
Tres Escobas, la taberna, allí estaba calentito. Pero apenas tenían unos
momentos allí cuando aparecieron la profesora McGonagall, Flitwick, Hagrid y
Fudge, Samantha reaccionó y haló a Harry hacia debajo de la mesa.
Hermione tomó una precaución extra moviendo un gran
árbol de navidad. Desde donde se encontraban pudieron escuchar la conversación
que tenían los mayores. Se enteraron que Sirius Black había sido el mejor amigo
de su padre y que lo había traicionado entregándolos a Voldemort, pero no sólo
eso, sino que también era el padrino de los chicos. También que había matado a
doce personas y a otro hombre llamado Peter Pettigrew cuando trató de
detenerlo. Los chicos salieron de allí y no supieron ni como regresaron. Apenas
probaron bocado en la cena y se retiraron temprano.
En navidad Harry recibió un extraordinario regalo, una
Saeta de Fuego, el problema fue que
al no saber quien la enviaba, Hermione consideró su deber informarle a la
profesora McGonagall, lo que generó la ira de Ron y Harry, ya que la profesora
le confiscó la escoba para desmontarla y revisarla. Al final descubrieron que
la escoba estaba en perfectas condiciones.
El año siguió su curso. Sirius Black había entrado un
par de veces en el castillo, pero a pesar de que fue revisado a fondo, no
encontraron rastro de él. Tanto Harry como Samantha habían avanzado mucho en el
hechizo para ahuyentar a los dementores,
gracias a eso, ambos pudieron producir sendos patronus que arremetieron contra
Malfoy y sus compinches que se habían disfrazado para tratar de que Harry
volviera a caer de su escoba durante un partido de quidditch.
La amistad entre Hermione y Samantha se había vuelto
muy fuerte, gracias a eso Hermione pudo resistir las constantes peleas con Ron,
el motivo ahora era que el pelirrojo acusaba al gato de Hermione de haber
matado a su rata, ya que esta había desaparecido y había encontrado manchas de
sangre en las sábanas.
Harry tuvo un encuentro desagradable con Snape y casi
le confiscan el mapa del merodeador, el profesor Lupin vino en su ayuda, pero
reprendió a Harry ya que le parecía muy mal que Harry se arriesgara tanto.
Decidió quitarle el mapa a Harry, pero Harry le advirtió que el mapa no era
confiable ya que había visto en él a alguien que estaba muerto.
La apelación que había hecho Hagrid en el asunto del
hipogrifo no había prosperado, los chicos estaban muy afligidos mientras Hagrid
les contaba los pormenores pero después de un momento no pudo seguir hablando
por las lágrimas y entró en su cabaña. Malfoy, que había estado escuchando
comenzó a burlarse. Harry y Ron caminaron hacia él pero Hermione y Samantha
fueron más rápidas. Hermione le estampó una sonora bofetada y Samantha tenía la
varita apuntándole al pecho. El rubio
que sabía cómo se las gastaba la
ojiverde pegó la carrera de su vida con Crabbe y Goyle a sus espaldas.
Llegó el día de la ejecución del hipogrifo y los
chicos decidieron ir a hacer compañía a Hagrid. En la cabaña encontraron a la
rata de Ron escondida entre los tarros de la cocina. Hagrid los hizo salir por
la puerta trasera cuando vio que se acercaban el ministro, el director y el verdugo. Los chicos tuvieron la
intención de soltar al hipogrifo, pero se dieron cuenta que eso traería
problemas a su amigo así que siguieron su camino.
Cuando se acercaban al castillo la rata de Ron se le escapó de nuevo y éste
corrió en su persecución la atrapó cerca del sauce boxeador y cuando los chicos
estaban a punto de advertirle que se quitase de allí Ron les gritó a su vez una
advertencia y cuando se voltearon un enorme perro negro saltó por encima de
ellos, agarró a Ron por una pierna y lo arrastró por debajo del sauce
perdiéndose en su interior. Los chicos recibieron varios golpes del sauce
boxeador pero no estaban dispuestos a abandonar
a su amigo, hasta que de pronto el gato de Hermione apretó un nudo en la
base del árbol y las ramas se detuvieron, los chicos aprovecharon para meterse
por el hueco todos con la varita a punto.
Caminaron un buen trecho hasta llegar a una casa que
parecía haber sido golpeada por una fuerza violenta, todos los muebles estaban
destrozados. Inmediatamente se dieron cuenta que estaban en la casa de los
gritos. Escucharon quejidos que venían de la parte superior y subieron con
cuidado, entraron a una habitación y vieron a Ron tirado en una cama. Ron les
gritó que huyeran, que todo era una trampa y cuando se volvieron allí estaba
Sirius Black.
-
Expeliarmo – el hombre los desarmó con la varita de Ron. – pensé que vendrías a
ayudar a tu amigo, tu padre habría hecho lo mismo por mí.
-
Si quiere matar a
Harry tendrá que matarnos a todos – dijo Samantha colocándose frente a su
hermano y extendiendo los brazos.
-
No, princesa,
solo uno morirá hoy – dijo el hombre.
Samantha se quedó petrificada, aquel apelativo
despertaba algo en su memoria pero no sabía exactamente qué. Se quedó mirando a
Black y distinguió una especie de brillo en aquellos ojos hundidos y apagados.
-
Por qué – preguntó
Harry – la última vez no le importó.
-
No, Harry – chilló
Samantha.
-
El mató a nuestros
padres – gritó a su vez Harry.
Samantha intentó detenerlo, pero Harry se había
lanzado contra el hombre y agarrándolo desprevenido le dio un puñetazo en la
cara, todos los chicos se lanzaron a ayudar a Harry, éste recuperó su varita y
les gritó que se apartaran y así lo hicieron. Ron estaba pálido a causa de su
pierna rota y se dejó caer sobre la desvencijada cama. Harry deseaba acabar con
aquel hombre pero no lo hacía. Escucharon ruidos y al poco rato apareció Lupin.
Los desarmó y para sorpresa de todos ayudó a Black a ponerse de pie y lo
abrazó.
-
No lo puedo creer –
dijo Hermione – usted y él…
-
Lo hemos estado
encubriendo – dijo Samantha.
-
Están en un error…
- dijo Lupin.
-
No lo escuches
Harry – gritó Samantha – es amigo de él, lo ha ayudado a entrar al castillo, él
también quiere matarte.
-
Es un hombre lobo –
chilló histérica Hermione...
-
Están acertando
mucho menos que de costumbre niñas. Sí, soy un hombre lobo, pero no hemos sido
amigos en los últimos doce años, no lo he ayudado a entrar al castillo y
ciertamente no quiero matar a Harry. Desde cuándo lo saben?
-
Desde que Snape nos
dejó el trabajo sobre los hombres lobo.
Al final estaban haciéndoles un cuento de lo más
extraño, pero Harry en medio de toda la confusión que sentía, pensaba que había
algo que no cuadraba porque si Lupin hubiera querido matarlo habría tenido
infinidad de oportunidades mientras les enseñaba el encantamiento patronus. Además estaba el hecho de que
Lupin les había devuelto sus varitas. Harry había llegado a la conclusión de
que quería escuchar toda la historia. Pero para empeorar las cosas llegó Snape
y entonces sí que las cosas se le pusieron difíciles. Se liaron en una
discusión los tres adultos.
-
Profesor – dijo
Samantha – no pierde nada con escucharlos
-
Cierra la boca
estúpida, eres igual a tu padre,
arrogante e insensata
-
No te atrevas a
insultarla – dijo Sirius con una voz que
helaba la sangre – podría ser lo último que hicieras.
-
Dame un motivo
Black – dijo apuntándolo con la varita - y te juro que lo haré.
Harry en dos zancadas llegó a la puerta y bloqueó la
salida.
-
Quítate Potter – dijo
Snape con ira – deberías estar agradecido, les acabo de salvar el pellejo, pero
tú también eres igual de arrogante que tu padre. Quítate he dicho ya están
metidos en bastantes problemas.
-
Da usted pena, se
niega a escuchar solo porque se burlaron de usted en el colegio – le gritó
Harry.
-
Apártate – dijo
furioso.
Harry apuntó con su varita y…
-
Expeliarmo
Pero no fue el único, Samantha, Hermione y Ron habían
intentado desarmarle al mismo tiempo y Snape salió despedido, chocó contra una
pared y cayó con un hilillo de sangre corriéndole por la barbilla.
Hecho esto desataron a Lupin, a quien Snape había
atado y continuaron con la historia. Finalmente supieron toda la verdad. Lupin
y Sirius hicieron que la rata de Ron, que en realidad era Pettigrew se
transformara y así supieron por fin que era lo que había sucedido. La primera
en reaccionar fue Samantha, sin importar el aspecto que ofrecía Black, sucio y
con los cabellos largos y enmarañados, se lanzó a sus brazos y lloró, mientras
Lupin vigilaba atentamente a Peter.
-
Ya princesa no
llores – dijo Sirius – ahora linda, apártate un poco, que ahora si voy a
cometer el asesinato por el que me encerraron. Lo hacemos juntos Remus?
-
NO – grito Harry
-
Pero Harry este
hombre es el culpable…
-
Lo sé, pero no creo
que mis padres quisieran que sus mejores amigos se convirtieran en asesinos,
entreguémoslo a los dementores y así podremos probar tu inocencia.
De ese modo todos salieron y llevaron a Snape aún inconsciente con ellos. En el camino Sirius
les propuso que fueran a vivir con él una vez que su nombre quedara limpio a lo
que los chicos respondieron que si de inmediato. Pero no tuvieron tiempo para
mucho más, una vez que salieron se dieron cuenta que había luna llena y que el
profesor Lupin no se había tomado su poción esa noche. Sirius les gritó que
corrieran mientras él se encargaba de Lupin pero tanto Harry como Samantha
corrieron pero tras ellos dejando a Ron con Hermione y Pettigrew aprovechó la
confusión para desaparecer. Sirius cayó
a la orilla del lago, estaba débil por el largo encierro y Lupin le había
causado algunas heridas. Samantha lloraba y Harry intentaba hacer que su
padrino se levantara, entonces lo sintieron. El frío intenso, la tristeza y
vieron que un centenar de dementores se acercaban, intentaron hacer el
encantamiento pero sus fuerzas los abandonaron. Antes de caer a Harry le
pareció ver a su padre en la otra orilla del lago, pero se desvaneció al
instante.
Despertaron en la enfermería. Dumbledore estaba allí
con ellos. Trataron de explicar al director todo lo que había sucedido. Pero él
les dijo qque aunque les creía nadie más lo haría, ya que Peter había
desaparecido de nuevo. Sin embargo les dijo dónde estaba Sirius y dirigiéndose
a Hermione le dijo:
-
Señorita Granger,
ya sabe qué hacer, si las cosas salen bien, más de una vida podría salvarse
esta noche. Ya conoce las reglas, nadie debe verlos. Tres vueltas deberían ser
suficientes. Los encerraré con llave. Buena suerte.
-
Pero de qué habla?
– preguntó Harry sorprendido.
Hermione y Samantha, que sí lo sabían, agarraron a
Harry y lo atrajeron. Ron quedaba fuera de los planes porque estaba
inconsciente y con una pierna rota. Hermione se sacó una larga cadena de oro y
la pasó por el cuello de los otros dos, luego le dio tres vueltas al reloj de arena y comenzaron a
ver como si se estuvieran moviendo hacia atrás a una velocidad endemoniada. Se
detuvieron y Harry quedó boquiabierto. Habían regresado en el tiempo. De ese
modo pudieron soltar a Buckbeck, luego fueron a la orilla del lago y pronto
Harry comprendió que lo que había creído que era su padre era él mismo, así que
cuando los dementores los estaban rodeando agarró a Samantha, mientras Hermione
les decía que no podían intervenir, y ambos hicieron el encantamiento y de sus
varitas brotaron un ciervo y una cierva plateados que embistieron y ahuyentaron
a los dementores. Después de eso se subieron al hipogrifo. Hermione iba entre
Harry y Samantha, ya que a la chica no le gustaba para nada volar. Llegaron a
la ventana que les había indicado el director y lo vieron. Sirius se levantó de
la silla donde estaba sentado intentando abrir la ventana pero estaba cerrada
con llave.
-
Échate para atrás –
grito Samantha. Mientras Harry trataba de mantener a Buckbeck en posición y
Hermione se tapaba los ojos – Alohomora
La ventana se abrió y Sirius saltó detrás de Samantha.
Harry hizo que el hipogrifo subiera hasta la torre y ahí se bajaron.
-
Date prisa Sirius –
dijo Harry - no tardaran en notar que has huido.
-
En verdad te
pareces mucho a tu padre, ambos – dijo mirándolos.
Se despidió de Hermione dándole las gracias. Abrazó a
Harry y luego a Samantha a quien además dio un beso en la frente.
-
Nos volveremos a
ver pronto, princesa.
-
VETE – gritaron los
tres chicos.
Sirius les dio una última mirada y emprendió el vuelo
hasta perderse en la noche.
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