La Magia de Harry Potter

Los personajes y el mundo donde se desarrollan las historias que se publicarán en este Blog son de la exclusiva propiedad de J.K. Rowlings, solo la trama y algunos personajes me pertenecen y por esa razón los nombres de los mismos serán utilizados en otras historias. Bienvenidos y espero que disfruten de las historias. Merlina

sábado, 8 de febrero de 2014

Y si todo hubiese sido distinto - cap. 17 -

Tú no eres él

Los dos hombres se encontraban solos, uno lloraba con desesperación y el otro lo miraba con tristeza. Se trataba de Sirius Black y Albus Dumbledore.
-          Lo siento Sirius, de veras lo siento, habría dado cualquier cosa por no tener que decirte esto nunca, pero  sabía que preguntarías.
El hombre seguía llorando como un niño, pero al cabo de un rato que pareció muy largo, levantó el rostro aún surcado por las lágrimas.
-          ¿Sufrió mucho? – preguntó con la voz quebrada
-          Me temo que sí, las maldiciones le causaron graves heridas y hemorragias internas.
-          ¿Sabe que me produce más dolor? –preguntó – que murió creyéndome culpable.
-          Te equivocas, ella jamás creyó algo así. Solo pidió dos cosas antes de morir. Que cuidara  a los gemelos y que demostrara tu inocencia.
Sirius sentía tanto dolor como si le estuvieran lanzando la maldición torturadora. Después de otro largo momento, volvió a preguntar.
-          ¿Quién lo hizo? – pero en su voz ahora había ira
-          Ahora no vale la pena… -comenzó a decir el profesor
-          Quiero saber ¿quién lo hizo? – volvió a decir con los enrojecidos ojos clavados en el anciano.
-          Fue tu prima, Bellatrix Lestrange – dijo el profesor con resignación.
-          Le juro que cuando tenga a esa perra  enfrente…
-          Sirius, no alimentes un odio de esas dimensiones. Recuerda que tienes un deber que cumplir. Hay dos chicos que son ahora tu responsabilidad.
-          Responsabilidad que no puedo cumplir como es debido porque estoy aquí encerrado, sin poder demostrar mi inocencia, sin poder vengar a mis seres queridos. Sin poder hacer nada útil.
-          Todo  a su tiempo Sirius, todo a su tiempo.
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Harry estaba pasando uno de los peores veranos de su vida. Nadie le daba noticias de nada. En sus cartas Ron y Hermione daban a entender que estaban juntos en alguna parte, pero siempre decían que cuando se vieran le contarían, pero nadie le decía cuándo sería eso. Su hermana estaba en una situación similar. Así que abandonando toda consideración y prudencia habían acordado verse cerca de la casa de los Dursley. Sam había hecho arreglos para llegar al Caldero Chorreante y de ahí iría a ver a Harry. Quedaron en encontrase esa tarde en un parque que quedaba cerca de Privet Drive. A la sazón Harry se encontraba columpiándose a la espera de su hermana. Tenía un fuerte dolor de cabeza porque estaba bajo la ventana de los Dursley cuando escuchó un ruido y se levantó en el mismo momento en que su tío abría la ventana y su cabeza chocó con ésta. Después de discutir con su tío salió en dirección al parque. Pocos minutos después llegó Sam. Se abrazaron y comenzaron a hablar y a hacer conjeturas de lo que podría estar pasando. Harry comenzó a preocuparse por la hora ya que estaba oscureciendo y no le parecía prudente que Sam regresase tarde a Londres, pero ella lo convenció de que se tranquilizase ya que lo haría en el autobús noctámbulo y ahí no había peligro. Así que emprendieron el  camino hacia la casa de Harry cuando este vio que Duddley ya regresaba.
Pero como había estado tan aburrido decidió molestar a Duddley. Le dieron alcance comenzó a meterse con el por su costumbre de golpear a chicos más pequeños que él. A Duddley no le hizo gracia que su prima también estuviera ahí, así que comenzó a decirle a Harry que él no era tan valiente tampoco porque por las noches lloraba y pedía que no mataran a Cedric y le pedía a su padre que lo ayudara. Harry le dijo que se callara y como no lo hizo sacó la varita lleno de ira. Samantha le sujeto el brazo pero de pronto sintieron que algo le había pasado a la noche. Al principio Harry creyó que había hecho magia sin querer, pero se dio cuenta que eso era absurdo él no tenía el poder para apagar las estrellas. Entonces Sam dijo: Dementores. Duddley perdió el control y golpeó a Harry con tanta fuerza que se le cayó la varita. Sam encendió la suya. Había dos. Le gritaron a Duddley que mantuviera la boca cerrada y se concentraron con todas sus fuerzas en un recuerdo feliz. Y gritaron al mismo tiempo.
-          Expecto Patronum
De ambas varitas salieron dos patronus que cargaron contra los dementores. Corrieron hacia Duddley que estaba tirado en el piso, cuando se agachaban para ayudarlo sintieron pasos, se volvieron vieron que era la señora Figg la anciana de los gatos, como se la había descrito Harry a Sam. Guardaron la varita apresuradamente, pero para su sorpresa la anciana les dijo que no lo hicieran y empezó a farfullar que iba a matar a un tal Mundungus. Que Dumbledore se pondría furioso y al final les dijo que era una Squib que había tenido la tarea de vigilar a Harry. Sam estaba confundida pero Harry lo estaba mucho más. Al final lograron llegar a la casa y la señora Figg se fue.
A los chicos no les quedo más remedio que tocar para que sus tíos les abrieran. Harry se negó rotundamente a que Sam se fuera sola después de lo que había pasado, prefería enfrentar la ira de su tía, ya vería como se las arreglaría. Y efectivamente tuvieron que enfrentar la ira tanto de Petunia como de Vernon. Cuando vieron a su hijo en un principio pensaron que lo habían asaltado pero Duddley dijo que Harry le había hecho aquello. Pero no hubo tiempo para reclamos enseguida comenzaron a llegar lechuzas comunicándoles que estaban expulsados, que romperían sus varitas y que debían presentarse a una vista disciplinaria. Lo primero que pensaron fue en huir. Luego llegó otra del señor Weasley diciéndoles que no se movieran ni entregaran sus varitas. Entre tanto les explicaban a unos enfurecidos Dursley lo que había pasado en el callejón. Llegó otra lechuza del ministerio donde les informaban que no destruirían sus varitas pero que debían presentarse el 12 de agosto para la vista disciplinar. Llegó también una de Sirius donde le decía que pasara lo que pasara no salieran de la casa. A Harry y a Sam les dolía la cabeza. Vernon después de escuchar toda la historia les dijo que se marcharan. Los chicos se miraron sin saber qué hacer, todos les habían dicho que no se movieran de la casa, cuando la última lechuza entro zumbando pero para sorpresa de todos iba dirigida a Petunia y era un vociferador. Después de esto Petunia dijo que los chicos tenían que quedarse.
 Los habían dejado quedarse pero estaban encerrados. Les pasaban algo de comida por la gatera y los dejaban salir al baño un par de veces. Harry sacó unas frazadas y se acomodó en el suelo para que Sam durmiera en la cama. Pasaron así tres días, la cuarta noche su tío les dijo que iban a salir y que no debían moverse de la habitación. Después de eso los chicos fueron rescatados por un grupo de magos que se presentó en la casa entre ellos el profesor Lupin y el verdadero Ojoloco Moody.
Viajaron en escoba mucho rato hasta llegar a su destino. Al llegar les mostraron a los chicos un papel donde que decía que el cuartel general de la orden del fénix estaba en el número 12 de Grimauld Place, les dijeron que pensaran en lo que habían leído y enseguida se materializó una casa ante ellos.
Entraron y los recibió la señora Weasley y les indicó donde estaban Ron y Hermione. Se encontraron con sus amigos y al poco rato Harry estaba gritándoles por toda la frustración que sentía, Hermione lloraba y Ron tenía cara de susto. Aparecieron los gemelos, Fred saludó cariñosamente a Sam, y luego se presentó Ginny. Cuando Harry se calmó le contaron más o menos lo que sabían y luego bajaron a cenar. Los chicos saludaron cariñosamente a su padrino y después de la cena este les explicó lo que estaban haciendo. La señora Weasley se molestó mucho porque pensaba que no debían saber tanto.
Se enteraron que esa casa pertenecía a la familia de Sirius y él la había ofrecido como cuartel general de la Orden, pero primero tenían que hacer una limpieza general ya que estaba atestada de objetos tenebrosos además de muy sucia. Vivía en la casa un elfo doméstico llamado Kreacher a quien Sirius no tenía mucha simpatía y lo trataba bastante mal, para indignación de Hermione. En un salón Sirius les mostró su árbol genealógico y se dieron cuenta que muchas de las familias estaban emparentadas. Por ejemplo Sirius era primo de la madre de Malfoy. Cuando salió el tema “Malfoy” los chicos le contaron a Sirius que Draco le tenía el ojo puesto a Sam. Sirius casi se atragantó con lo se estaba comiendo y con un súbito ataque de ira le dijo a Harry que no podía permitir bajo ningún concepto que una rata como esa se acercara a Sam, así mismo indicó a todos los varones Weasley que debían ayudar a proteger a Sam. Esto no le hizo ninguna gracia a la chica quien se enfrentó a su padrino y le gritó que ella era perfectamente capaz de cuidarse sola y no necesitaba guardaespaldas. A Hermione le hacía mucha gracia todo aquello, pero ante la respuesta de Sam, Hermione observó que Sirius se quedaba mirando a su ahijada como si la viera por primera vez, pero pensó que tal vez Sirius no se  esperaba una respuesta tan airada de la chica quien siempre era especialmente cariñosa con él. Otro que se preocupó fue Fred, preguntándose si Sirius reaccionaría igual con cualquiera que se acercara a Sam o solo con Malfoy por ser quien era.
Llegó el día de la vista disciplinaria y el señor Weasley los llevó al Ministerio. Suerte que se fueron temprano porque resultó que habían cambiado la hora y el lugar de la vista, así que a todo correr llegaron ante la puerta del lugar donde se llevaría a efecto. Para su gran alivio vieron que Dumbledore estaría presente también, aquello les dio algo de confianza. Fudge se mostró especialmente desagradable con los chicos y para su sorpresa Percy, que ahora trabajaba para Fudge también. Dumbledore trajo como testigo a la señora Figg, quien dio un testimonio algo vacilante pero que debió haber servido ya que al final los absolvieron de todos los cargos.
Volvieron a casa y todos se pusieron muy contentos, menos Sirius, que a medida que se acercaba el momento en que debían partir para el colegio se ponía más  taciturno y pasaba más tiempo encerrado en su habitación.
Llegaron las lechuzas con las cartas del colegio con la sorpresa de que Ron y Hermione había sido nombrados prefectos. En un primer momento Harry se sintió mal pero luego se alegró por su amigo. La señora Weasley se había enfrentado a un boggart y no había podido deshacerse de él, veía a todos los miembros de su familia muertos a Harry y a Sam y así hasta que Lupin entró y se deshizo del boggart.
Un par de días antes de volver a la escuela Sam notó que su padrino estaba desaparecido de nuevo y se escabulló hasta su habitación y allí lo encontró. Lo vio sentado en la cama con expresión ausente. Se acercó y se sentó a su lado le tomó las manos y lo miró con  los ojos llenos de lágrimas.
-          Sirius – le dijo – perdóname, no quise gritarte el otro día, sé que tengo que controlar mi carácter.
La chica había  interpretado erróneamente la tristeza de Sirius.
-          No, princesa – dijo el hombre abrazando a la chica – si alguien tiene que controlar su mal carácter soy yo. Es más  discúlpame tú a mí, pero en mi defensa debo decir que solo me preocupo por ti y quiero lo mejor, para ambos – agregó, pero no le aclaró que lo  que le pasaba era que quería tenerlos más tiempo cerca. 
Así estuvieron un buen rato. Hasta que llegó la hora de bajar a cenar. Sirius insistió en acompañarlos a la estación. Así que llegaron a King Cross, se despidieron, subieron al tren y marcharon a Hogwarts.
Ese fue un año de pesadilla. El ministerio designó a la nueva profesora de DCAO, Dolores Umbridge que resultó un ser repugnante y perverso. Castigó a Harry y luego Samantha por decir que Voldemort había vuelto. Las opiniones estaban divididas había personas que creían en Harry y Dumbledore y personas que creían las mentiras que publicaba El Profeta por orden de Fudge. Para que sus decisiones tuvieran más peso la nombraron Suma Inquisidora de Hogwarts, ahora tenía el poder para supervisar y destituir maestros. Los chicos por iniciativa de Hermione habían formado un grupo de estudio  para aprender DCAO porque que la dichosa profesora no les enseñaba nada. A este grupo lo llamaron Ejército de Dumbledore. Se reunían en secreto en la sala de los menesteres ya que todo grupo que no fuera aprobado por la Umbridge, era ilegal.
Después de un partido de quidditch que Griffindor ganó a Slytherin, Harry y George se liaron a puñetazos con Malfoy que para variar estaba insultando a los Weasley, por esta razón Umbridge los suspendió de por vida del equipo y para estar más segura también a Fred, además les confiscó las escobas.
Hagrid que no había aparecido al comienzo de clases, por fin regresó, pero bastante aporreado, los chicos fueron a verlo y les contó que su misión había sido tratar de convencer a los gigantes de que no se unieran a Voldemort. Los chicos trataron de advertir a su amigo acerca de la nueva profesora pero él no les prestó atención. Ese año les mostró a los thestrals, que eran las criaturas que tiraban de los carruajes del colegio y que solo aquellos que habían visto la muerte podían ver.
Unos días antes de navidad  Harry tuvo un sueño donde se veía a sí mismo como una serpiente que atacaba al señor Weasley. Despertó con la cicatriz que se le reventaba del dolor y por supuesto Sam estaba en las mismas condiciones en su habitación. Afortunadamente la profesora McGonagall les creyó inmediatamente que no había sido una simple pesadilla y los llevó inmediatamente a ver Dumbledore. Después de escucharlos el profesor mandó a averiguar el asunto y pudieron rescatar al señor Weasley aunque muy mal herido. El director mandó a todos los Weasley y a los Potter a casa de Sirius. Pero antes de partir miró a Harry por una fracción de segundo y éste sintió deseos de atacarlo. Pasaron el resto de la noche esperando noticias. Sam intentó consolar a Fred pero al ver que este estaba furioso porque no le dejaban ir a ver a su padre prefirió dejarlo y se sentó al lado de Sirius recostando la cabeza en su hombro, casi se había quedado dormida cuando llegó la señora Weasley y dijo que el señor Weasley estaba fuera de peligro. Todos se pusieron muy contentos y Sirius les pidió que se quedaran a pasar la navidad todos allí. Harry y Sam hablaron con Sirius acerca de lo que había ocurrido con Dumbledore antes de partir y él les dijo que simplemente estaban cansados y que no se preocuparan. Pero los chicos estaban preocupados ¿por qué Dumbledore se había estado comportando de manera tan distante con ellos? ¿Por qué habían sentido esa necesidad de atacarlo? Pero no tenían respuesta para esas preguntas.
Fueron a visitar al señor Weasley al hospital  y allí se encontraron con Lockhart su antiguo profesor de DCAO, pero también con Neville y su abuela que estaban visitando a los padres de Neville. Ninguno de los chicos a excepción de Harry y Sam sabían lo que les había ocurrido y se quedaron muy impresionados.
Las vacaciones de navidad terminaron y ninguno de los chicos quería regresar al colegio. Lo único que les hacía ilusión eran las reuniones del ED. Antes de irse Harry y Sam recibieron la desagradable noticia de que tendrían clases particulares de Oclumancia con Snape. No sabían que era eso ni querían saber, el solo hecho de que fuera Snape ya era suficientemente malo. Esa noche Sam subió al cuarto de Sirius, éste aún se encontraba furioso por la violenta discusión que había tenido con Snape y hasta lo había amenazado con hacerlo pagar caro si hacía pasar malos ratos a los chicos con las clases. Sin embargo su expresión se suavizó cuando vio a la chica. Ella entró corriendo y se lanzó a sus brazos llorando.
-          ¿Qué te pasa, princesa?  -preguntó preocupado. Como no le respondía y seguía llorando, aventuró otra pregunta - ¿Todo esto tiene que ver con Fred?
La chica se separó rápidamente y lo miró a los ojos.
-          La ¿Cómo sabes…- empezó
-          Por lo tanto si tiene que ver con él – dijo en tono sombrío.
-          No, claro que no – dijo aún sollozando - ¿Por qué tendría que ver con él?
-          Dímelo tú.
-          No, lo que pasa es que no quiero volver, quiero quedarme aquí contigo – dijo la chica.
Sirius sintió una enorme calidez dentro de su pecho, pero luego se reprendió a sí mismo, estaba siendo egoísta, los chicos debían volver al colegio y su deber era  asegurarse de ello.
-          ¿Es por las clases con Snape? – preguntó – porque si es por eso no debes preocuparte, no creo que se atreva…
-          No es solo por él –respondió Sam- es que las cosas ya no son como antes, aparte de él está Umbridge y…bueno prefiero estar aquí contigo que en cualquier otro lugar.
La mente de Sirius trabajaba a toda marcha, tenía que quitarle aquellas ideas de la cabeza. Pensó que molestándola un poco resultaría.
-           No lo puedo creer – dijo en tono burlón – la hija de Lily y James ¿una cobarde?
La chica se apartó de él como si la hubiese quemado. Lo miró con los ojos arrasados en lágrimas, se dio vuelta y salió corriendo de la habitación. Sirius se sintió desconcertado y muy incómodo. Algo le decía que había cometido un terrible error.
Los chicos volvieron a Hogwarts a la mañana siguiente y Sam apenas se despidió de Sirius. Comenzó  el nuevo trimestre y Umbridge continuó con su régimen de terror. Las cosas entre Harry y Cho que habían empezado en navidad se  fueron a pique en San Valentín cuando Harry salió con ella pero quedó en encontrarse con Hermione para una entrevista con Rita Skeeter que fue publicada en El Quisquilloso, un periódico no muy confiable del  padre de una amiga de los chicos miembro de ED. Las clases de Oclumancia resultaron ser una pesadilla, no adelantaban nada y siempre terminaban con dolor de cabeza. Harry y Sam seguían soñando con pasillos y puertas cerradas. El ED fue traicionado por una amiga de Cho  que los delató y Dumbledore para salvar a los chicos se echó la culpa y a raíz de eso tuvo que abandonar el colegio. Los gemelos Weasley hicieron una exhibición de fuegos  artificiales que mantuvo a la nueva directora muy ocupada. Los  chicos se metieron en el pensadero para mirar los recuerdos de Snape y eso les valió que él los echara de su despacho y les dijera que ya no les daría más clases. Los gemelos encantaron un pasillo para convertirlo en pantano para darles tiempo a Harry y Sam de hablar con Sirius a través de la chimenea de Umbridge que era la única que no estaba vigilada, pero los atraparon y antes de ser castigados escaparon en sus escobas del castillo.
Llegaron los TIMOS y para  sorpresa y alegría  de los chicos no les fue tan mal. En el examen práctico de DCAO todos los miembros del ED salieron muy bien, pero Harry y Sam estaban seguros que obtendrían un Extraordinario, y tuvieron una enorme satisfacción cuando la Junta examinadora les pidió, delante de Umbridge, que hicieran el encantamiento patronus, el cual, por supuesto les salió a la perfección. Todos los examinadores  los aplaudieron y felicitaron, de modo que salieron muy contentos.
Pero en el examen de Historia de la Magia, sucedió lo peor que les podría haber sucedido. Mientras casi se dormían sobre el pergamino, vieron que Voldemoort tenía a Sirius en el lugar con el que habían estado soñando y que resultó ser el departamento de misterios del ministerio. Cuando el examinador los mandó a la enfermería Harry y Sam corrieron porque necesitaban transmitirle a la profesora McGonagall (que se encontraba allí por culpa de Umbridge) lo que habían visto para que alertara a la Orden. Pero la enfermera les comunicó que esa mañana la profesora había sido trasladada al hospital. Se sintieron perdidos. Sam y Harry querían salir de inmediato para el ministerio, pero Hermione les dijo que primero averiguaran. Así que planearon con sus amigos que distrajeran a Umbridge para ellos tratar de hablar con Sirius a través de la chimenea y verificar si estaba o no en su casa. Pero fueron atrapados. Umbridge mandó a llamar a Snape para que le diera Veritaserum para hacerlos confesar, pero éste le dijo que ya no lo quedaba. Harry intentó darle el mensaje a Snape de lo que había visto, pero no supo si Snape había entendido. Para que Umbridge no  castigara a Harry, Hermione fingió que podía darle cierta información importante e hicieron que la profesora los siguiera al bosque. Mientras tanto el resto de los chicos quienes habían quedado al cuidado de Malfoy y sus compinches se las ingeniaron para burlarlos. Sam hizo uso de sus bien adiestrados poderes para enviar a Malfoy contra una pared mientras Crabbe y Goyle sangraban profusamente con un caramelo de truco que le habían “quitado” a Ron y Ginny lanzaba su famoso hechizo Mocomuercielago a Pansy Parkinson. Se reunieron con los demás en el bosque y decidieron irse en thestrals a Londres.
Entraron al ministerio y después de llegar al lugar donde se suponía tenían a Sirius se encontraron con que todo era una trampa. Lo que querían era que Harry tomara una profecía que hablaba de Voldemort y de él. Harry se sintió responsable por haber llevado a sus amigos y a su hermana a una muerte segura ya que ellos eran siete y los mortífagos eran muchos más. Pero decidió que no iba a permitir que los mataran sin pelear así que le transmitió la idea de cómo salir de allí a su hermana mentalmente y mientras él distraía a los mortífagos hablando Sam se encargaba de avisar a los demás qué hacer. De ese modo cuando Harry dio la orden todos lanzaron hechizos a las estanterías que comenzaron a derrumbarse y ellos aprovecharon para correr. Pelearon con todas sus fuerzas pero los mortífagos les estaban causando mucho daño, Hermione estaba herida, Ginny tenía un tobillo fracturado, Ron no sabía exactamente que le pasaba pero se comportaba extraño, Neville había perdido su varita. Los únicos aparentemente indemnes eran Harry, Sam y Luna. Llegaron a una habitación que parecía un foso. Y sintieron que estaban acorralados. Malfoy tenía a Sam agarrada por el cuello, y cada uno de sus amigos estaba en manos de un mortífago.
-          Dame la profecía Harry – le decía Malfoy – o a la primera que verás morir será a tu hermana.
-          No se la des Harry – chillaba Neville a quien Bellatrix tenía sujeto
Pero de pronto sintieron que las puertas comenzaban a abrirse y empezaron a aparecer miembros de la orden.
-          Quítale las manos de encima a mi ahijada, imbécil – dijo con furia Sirius, que había aparecido detrás de Malfoy
Harry aprovechó y agarró a Sam y la apartó del peligro. Comenzó una batalla encarnizada entre los miembros de la orden y los mortífagos. Le dio la profecía a Neville y se lanzó a la batalla también, Sam corrió tras él, Luna había sido alcanzada por un  hechizo y estaba paralizada. Sam se encontró de frente con Bellatrix y se enzarzaron en una lucha pero Bellatrix ganaba terreno, Sam tenía una mejilla sangrante, Sirius se dio cuenta y corrió en su ayuda, mientras Sam caí de rodillas, entonces una maldición alcanzó a  Sirius quien cayó varios escalones y Bellatrix gritó alborozada. Sam corrió hacia donde había caído Sirius. En ese momento todos se dieron cuenta de que Dumbledore había llegado. Sam tenía la cabeza de Sirius en su regazo y lloraba desconsolada. Bellatrix estaba gritando que había matado a Sirius Black. Harry sintió que algo se rompía en su interior y quiso arremeter contra Bellatrix pero Lupin se lo impedía, justo cuando Bellatrix se escapaba por una puerta Harry se soltó y corrió tras ella. La alcanzó en el vestíbulo. Cuando al fin le dio alcance apareció Voldemort y cuando éste iba a matar a Harry apareció Dumbledore, protegió a Harry y se enfrentó a Voldemort, pero ambos eran demasiado buenos, cuando Voldemort vio  que no avanzaba se apoderó del cuerpo de Harry. En ese momento llegaron Sam y varios miembros de la Orden con los chicos que estaban heridos.
Harry sentía un dolor insoportable, se sintió atrapado en el cuerpo de Voldemort. Sam había caído de rodillas sujetándose la cabeza.
-           Mátame ahora Dumbledore – dijo Voldemort a través de Harry – Si la muerte no es nada, mata al chico
Samantha como pudo se acercó. Dumbledore trató de detenerla pero no pudo. Sam llegó arrastrándose hasta donde estaba su hermano y le sujetó la mano.
-          Que pare este dolor – pensaba Harry – que nos mate ya. Así volverá a ver a mis padres y a Sirius- Sam estaba “escuchando” todo esto y aunque cegada por el dolor alcanzó a transmitirle a Harry algo importante.
-          Tú no eres él Harry. No te vayas –dijo – no me dejes.
El corazón de Harry se llenó de emoción y entonces el abrazo con que Voldemort lo tenía prisionero se aflojó, el dolor ceso y Harry se encontró tumbado boca abajo y con la mano de su hermana agarrada con fuerza, pero ella había perdido el conocimiento. 

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