La Magia de Harry Potter

Los personajes y el mundo donde se desarrollan las historias que se publicarán en este Blog son de la exclusiva propiedad de J.K. Rowlings, solo la trama y algunos personajes me pertenecen y por esa razón los nombres de los mismos serán utilizados en otras historias. Bienvenidos y espero que disfruten de las historias. Merlina

sábado, 8 de febrero de 2014

Y si todo hubiese sido distinto - cap. 06 -

¿Y ahora qué?


Sabrina sentía una enorme angustia y no sabía por qué. La niña después del episodio de la noche, se había dormido y aún seguía dormida, pero la extraña cicatriz seguía en su frente. Le extrañaba no tener noticias de Sirius y que Dumbledore no hubiese venido a ver cómo estaba la niña después de lo de la noche pasada. Pero bueno, debía ponerse en movimiento pues la niña no tardaría en despertar y debía atenderla.

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En otro lugar lejos de allí se encontraban los miembros de la Orden del Fénix reunidos escuchando el relato de lo que había sucedido la noche anterior.
-          Y qué haremos ahora Dumbledore? – preguntó Arthur Weasley
-          Por ahora debemos permanecer alerta. Hay muchos mortífagos que según creo aún no saben lo que le ocurrió a su amo, y una vez que se enteren, con toda seguridad buscaran venganza.
-          Y Harry, qué pasará con Harry? – preguntó Lupin, con los ojos aún enrojecidos por el llanto.
-          Yo me encargo de eso. He realizado un encantamiento que lo mantendrá a salvo. Lo llevaré con sus únicos parientes vivos.
-          Pero son muggles – dijo Molly Weasley – no sería mejor que se quedara con alguno de nosotros? Arthur y yo lo acogeríamos gustosos.
-          No lo dudo Molly, pero por el momento es mejor que desaparezca del mundo mágico, no solo por su propia seguridad, sino que es mejor que crezca alejado de todo los que va a significar su nombre en el futuro. Para un niño sería demasiado abrumador.
Todos los presentes dieron por buenas las palabras del mago y poco a poco fueron saliendo cada uno a sus actividades y con la recomendación expresa de poner el mayor cuidado en su seguridad personal y de sus familias.

A medianoche el director  se dirigió al número 4 de Privet Drive. Al llegar saco su desiluminador  y procedió a absorber la luz de todas las farolas. Camino hacia el número 4 y se sorprendió al ver un gato atigrado sobre la verja, aún así sonrió y dijo.
-          Profesora, debí imaginar que estaría usted aquí.
Donde hasta hace un momento estaba el gato apareció una mujer.
-          Cómo supo que era yo?
-          Mi querida profesora jamás había visto un gato tan tieso.
-          Usted también estaría tieso si hubiese pasado todo el día sentado sobre una verja – dijo ásperamente la mujer.
-          Todo el día? Y puedo preguntar la razón? Al venir hacia acá debo haber pasado por un centenar de fiestas, por qué no está usted celebrando como todos los demás?
-          Son unos inconscientes, hasta los muggles se han dado cuenta de que algo extraño sucede, salió en las noticias, bandadas de lechuzas yendo y viniendo, lluvias de estrellas. Sería lamentable que el día en ha sido derrotado el-que.no-debe-ser-nombrado, fuera el día en que se descubriera nuestro secreto.
-          Si tiene usted razón, pero debe comprenderlos, hemos tenido tan poco que celebrar en los últimos años.
-          Aún así, no diría que haya mucho que celebrar, Albus, Lily y James? Y el resto de lo que se dice también es cierto? Se fue usted tan de prisa que no me dio tiempo a preguntar. Son ciertos todos los rumores?
-          Pues si mi querida profesora, tanto los buenos, como los malos. Los Potter, lamentablemente están muertos, el pequeño Harry está vivo, y Voldemort ha desaparecido, por el momento.
-          Pero cómo Albus, qué sucedió?
-          Eso es algo, que por el momento, no estoy en capacidad de contestarle, porque no lo sé. Quiere un caramelo de limón? –pregunto el director
-          No, gracias – y lo miró con desagrado, como si pensara que aquel no era el mejor momento para caramelos- Albus usted piensa que es prudente dejar a Harry con esta gente? Son la peor clase de muggles que he visto en mi vida.
-          Son la única familia que tiene.
-          Pero cualquier familia de magos se sentiría honrada de acogerlo en su seno.
-          Ya lo sé, los mismos Weasley se ofrecieron para esa tarea, pero considero que esto es lo mejor.
-          Harry será famoso, no me sorprendería que en el futuro este fuera conocido como el día de Harry Potter.
-          Por eso mismo, famoso antes de saber hablar siquiera y sin saber ni recordar por qué, es mucho para un niño. Créame profesora, esto es lo mejor.
-          Y dónde está ahora?
-          Hagrid lo traerá.
-          Hagrid, le parece prudente haberle encargado eso?
-          Profesora, a Hagrid le confiaría mi vida.
En ese momento se escuchó un estruendo y seguidamente apareció Hagrid en una motocicleta.
-          Buenas noches profesor – dijo el hombre – profesora McGonagall.
-          Buenas noches Hagrid, algún problema? –preguntó Dumbledore.
-          Ninguno, se quedó dormido mientras volábamos sobre Bristol.
-          Interesante artefacto – dijo señalando la moto.
-          Ah sí, me la dejó Sirius Black.
-          Sirius? Dónde lo viste? – preguntó el profesor.
-          Cuando salía de la casa de los Potter, quería llevarse a Harry, pero yo le dije que tenía órdenes suyas de traérselo, y entonces me dejó la moto.
-          Hiciste bien Hagrid –dijo de manera un tanto misteriosa.
Hagrid le entregó el niño al profesor y comenzó a llorar ruidosamente.
-          Cálmate Hagrid –le dijo la profesora McGonagall, dándole palmaditas en el brazo – te van a escuchar.
-          Es que me da tanta pena el pobre niño, mire que venir a pasarle a gente tan buena como Lily y James, todavía no puedo creerlo.
-          Si, si es todo muy triste, pero debes controlarte –decía la profesora, mientras parpadeaba furiosamente para evitar que rodaran las lágrimas.
Mientras Dumbledore había colocado una carta bajo las frazadas del niño que aún dormía. Se quedó mirándolo un largo rato, suspiró y dijo:
-          Buena suerte, Harry Potter.
Y después cada quien tomó un camino diferente. Antes de desaparecer en la noche Dumbledore devolvió las luces a las farolas y luego desapareció.
A la mañana siguiente, Petunia Dursley se llevó la mayor sorpresa de su vida, cuando fue a sacar las botellas de leche y se encontró con el pequeño en la puerta. Rápidamente y sin saber por qué lo tomó en brazos y entró en la casa. Una vez dentro se fijó en la nota que llevaba el pequeño, se la sacó procurando no despertarlo y la leyó. Era la carta más extraña que había recibido en su vida, en ella el director del colegio donde había estudiado su hermana pequeña, le decía que ésta había fallecido junto con su esposo y cómo, además le explicaba que había hecho un encantamiento que había quedado sellado en el momento en que tomó al niño en sus brazos y lo introdujo en su casa. Petunia pasó por una variedad de sentimientos encontrados. Primero el horror de enterarse de la muerte de su hermana, si bien era cierto que hacía mucho tiempo que no se veían y que ella fingía que no tenía hermana, la verdad es que seguía siendo su hermana, luego angustia por el pequeño que tenía en su regazo, cómo reaccionaría Vernon, cómo haría ella para cuidar de dos niños, además con toda seguridad ese niño sería igual de anormal que su desdichada hermana y el infeliz de su marido. Poco a poco iba retomando su carácter amargo. Para cuando Vernon hizo su aparición en la salita ya había tomado varias decisiones y afortunadamente ninguna incluía deshacerse de Harry (sabía que no podía). Se quedarían con el chico, eso no le restaría cuidados a su pequeño hijo y por último no permitiría de ninguna manera que tomará el mismo camino de sus padres.
-          Qué es eso? – preguntó Vernon señalando el pequeño bulto
-          Es el hijo de Lily, ella ha muerto y el inútil de su esposo también y tendremos que quedárnoslo.
-          QUE??? No puedes tomar una decisión así sin consultarme, que hay de Dudley?
-          Ya me las arreglaré y por supuesto no permitiré que le haga ningún daño a Dudders, lo protegeré de él – cosa completamente innecesaria, como quedó demostrado con el tiempo, quien necesitaba protección era Harry.
-          Pero Petunia, qué dirán los vecinos y Marge, además…
-          He dicho que no los quedamos – y salió pisando fuerte sin enterarse de lo demás que su marido parecía querer decirle.
Y así comenzaron para Harry los peores diez años de su vida.



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