El castillo era enorme y tenían serias dificultades
para encontrar el camino a todas partes. Por otro lado las clases eran algunas
muy interesantes, otras complicadas y otras decididamente aburridas.
Transformaciones era de las complicadas McGonagall era sumamente exigente.
Encantamientos era divertida, el profesor Flitwick era muy pequeño y tenía que
subirse a varios libros para poder mirarlos. Herbología más o menos
interesante, la impartía la profesora Sprout que siempre andaba llena de
tierra. Historia de la Magia
era definitivamente aburrida, era impartida por el profesor Binns un fantasma.
Las clases de defensa contra las Artes
Oscuras, resultaban un fiasco, el profesor era evidentemente incompetente,
parecía asustarse de todo, su nombre era Quirrell. Pero la clase que resultó
una auténtica pesadilla fue la de pociones. El profesor de esta clase era un
tal Snape que parecía sentir desprecio por los alumnos pero en el caso de Harry
y Samantha parecía verdadero y profundo
odio.
Las clases las compartían con alumnos de otras casas,
no siempre de las mismas, por ejemplo y para desgracia de los chicos, la clase
de pociones la compartían con los de Slytherin, pensaron que nada podía ser
peor, hasta que se enteraron que las clases de vuelo también serían con ellos.
El día de la primera clase de vuelo, Neville tuvo un
accidente y mientras madame Hooch lo llevaba a la enfermería Harry se peleó con
Malfoy para que le diera la recordadora que se le había caído a Neville, Malfoy
se montó en su escoba y Harry salió en su persecución, producto de todo esto
resultó que dieran a Harry el puesto de buscador en el equipo de quidicth.
Malfoy estaba furioso, de modo que retó a Harry a un
duelo. Para mala suerte de los chicos Hermione escuchó y le dijo a Harry que no
asistiera. Samantha en cierta forma estaba de acuerdo con Hermione, pero por
otro lado tenía ganas de que Harry le diera una buena lección a Malfoy. Así que
esa noche esperaron que se vaciara la sala común para salir. Malfoy había dicho
que los esperaba en el salón de trofeos. Harry había insistido para que su
hermana se quedara, en cierta forma se sentía responsable, sabía que estaban
corriendo un gran riesgo y no quería arrastrar a su hermana en eso. Pero ella
era tan terca como él y de ninguna manera pensaba quedarse. Cuando iban camino
a la salida apareció Hermione y empezó a darles la lata. Los siguió hasta
afuera y cuando intentó regresar se dio cuenta de que la señora gorda no estaba
en el retrato así que no tenía manera de entrar y se vio obligada a ir con los
chicos, que por cierto estaban furiosos con ella. Para complicar más las cosas,
unos pasos más adelante se encontraron con Neville que había vuelto de la
enfermería y tampoco podía entrar a la torre.
El asunto resultó un fiasco. Malfoy les había tendido
una trampa y quien estaba a punto de encontrarlos era Filch, el celador.
Corrieron a todo lo que daban y terminaron en el pasillo prohibido del tercer
piso y vieron la razón exacta de por qué estaba prohibido. Un enorme perro de
tres cabezas estuvo a punto de matarlos. Corrieron por sus vidas hasta llegar a
la torre de griffindor, por suerte la señora gorda ya había vuelto y pudieron
entrar. Neville parecía que no podría hablar más nunca en su vida, mientras que
Hermione estaba muy enfadada.
-
Qué pretenden
teniendo una cosa así en el colegio – dijo Ron.
-
Que no tienen ojos
en la cara, no vieron lo que tenía
debajo – dijo Hermione enfadada.
-
Disculpa – dijo
Harry – estaba muy ocupado vigilando sus cabezas, eran tres, por si no lo
notaste.
-
Estaba encima de
una trampilla, es evidente que está cuidando algo. –dijo Hermione – Espero
estén satisfechos pudieron habernos matado o peor, expulsado. Ahora si no les
importa me voy a dormir.
-
No, no nos importa.
– dijo Ron
Pero Harry y Samantha estaban pensando en lo que había
dicho Hermione acerca de que el perro estaba cuidando algo. Repasaban a toda
prisa lo que sabían. El día que fueron a Gringotts Hagrid sacó un paquete y
suponían que lo había llevado a Hogwarts, que había dicho, era el lugar más
seguro el mundo, después de Gringotts. Pocos días después leyeron en El Profeta, la noticia de que habían
entrado a robar en el banco pero que no se habían llevado nada porque la cámara
que violentaron había sido vaciada. Con esos pensamientos se fueron a acostar.
Malfoy se había vuelto una verdadera pesadilla, al ver
que nada podía hacer en contra de Harry, la había emprendido en contra de
Samantha. La molestaba tanto como podía, el problema es que se estaba metiendo
con alguien muy superior a él y tuvo ocasión de notarlo un par de días antes de
Halloween. Los chicos estaban en la biblioteca terminando unos deberes de
pociones, Samantha terminó primero y como estaba cansada decidió irse a la sala
común. Unos minutos después que había salido Harry y Ron se dieron por
vencidos, sin Samantha no tenían muchas posibilidades de terminar con éxito el
trabajo, así que recogieron y se fueron. Se dirigían a la sala común cuando
escucharon voces. Harry identificó claramente la voz de su hermana y luego una
que lo hizo echar a correr y Ron tras él.
-
Quítate de en medio
Malfoy y déjame pasar – decía con voz serena Samantha
-
Y si no quiero? – preguntó el rubio – Qué harás,
bonita?
-
Yo en tu lugar no
me arriesgaría a averiguarlo – le contestó la chica, perdiendo la paciencia.
Malfoy se había ido acercando a medida que hablaba.
Sucedieron varias cosas al mismo tiempo, por un extremo del pasillo llegaban
Harry y Ron a la carrera, justo en el momento en el que Samantha levantaba su
mano y Malfoy salía disparado y chocaba contra la pared y resbalaba hacia el
piso, pocos segundos después aparecía Snape por el otro extremo del pasillo.
-
Qué está ocurriendo
aquí? – preguntó Snape. Llegando hasta los chicos al mismo tiempo que Harry y
Ron.
-
Nada – contestó con
naturalidad Samantha – a menos que cuente, claro, el hecho de que Malfoy sea
tan estúpido como para haber pisado su túnica y haberse caído.
Snape recorrió el grupo y no vio varitas a la vista.
No podía acusar ni a Harry ni a Ron de nada porque los había visto llegar al
mismo tiempo que él. Así que miró con odio a los chicos y les dijo que se
fueran. Cosa que hicieron de inmediato, a ninguno le apetecía permanecer mucho
tiempo cerca de ese hombre. No hablaron hasta llegar a la sala común.
-
Samantha – dijo Ron
casi con miedo y mirando a Harry – cómo hiciste eso?
Samantha los miró, uno era su hermano y el otro era su
amigo, no tenía caso mentirles así que les dijo la verdad.
-
Realmente no lo sé
Ron – dijo – desde pequeña puedo hacer que las cosas se muevan solo mirándolas
o señalándolas, pero lo de hace un momento nuca lo había hecho. Supongo que
estaba muy enfadada y simplemente sucedió.
-
Pues la verdad –
dijo el pelirrojo – espero nunca provocar tu ira.
Dicho esto, se despidió de sus amigos y subió a su
dormitorio. Harry se quedó un largo minuto mirando a su hermana.
-
Parece que hay
cosas que aún no me dices – dijo el chico.
-
No, Harry, te lo
juro es la primera vez que hago algo así – dijo la chica afligida – lo que
sucede es que el imbécil de Malfoy no me dejaba pasar y se me estaba acercando y de forma
instintiva levante la mano para detenerlo, en verdad no tenía intención de
hacerle daño.
-
Pues no me quiero
imaginar lo que habría pasado si hubieras tenido intención de dañarlo – dijo
Harry sonriendo y abrazando a su hermana – Lo bueno es que ahora Malfoy, se lo
pensará dos veces antes de meterse contigo.
Y ambos comenzaron a reírse a carcajadas. El día de
Halloween amaneció con olor a calabaza en el ambiente, todos los alumnos de
primer año estaban expectantes, ya que los de cursos superiores les habían
hablado del banquete de esa noche. Sin embargo Samantha había estado triste
todo el día. Harry y Ron estaban preocupados porque ella siempre estaba alegre
y optimista, así que antes de entrar a la clase Encantamientos decidieron
abordarla y preguntarle. Harry ya se sentía casi tan triste como ella.
-
Sam, qué te sucede?
– le preguntó Ron, adelantándose a Harry.
-
Es que hoy se
cumple otro año de la muerte de nuestros padres – dijo la niña con lágrimas en
los ojos.
Harry sintió como si alguien lo hubiera golpeado en
pleno estómago. Ron se sintió tremendamente mal por su falta de tacto. Samantha
miró a su hermano y dijo:
-
No te sientas mal
Harry, ojala yo también hubiera podido olvidarlo.
El profesor Flitwick los hizo pasar y la niña entró
secándose las lágrimas. Ese día el profesor los puso en parejas y para
desgracia de Ron le tocó con Hermione quien no les hablaba desde el día del
fallido duelo. A Harry le tocó con Seamus y a Samantha con Lavender. La clase
fue muy divertida, Seamus quemó un par de plumas y Ron casi le saca un ojo a
Hermione con su varita. Al final de la clase solo unos cuantos habían hecho
levitar sus plumas entre ellos Hermione y Samantha. Cuando salieron Ron hizo un
comentario muy desagradable de Hermione y la niña lo escuchó. Después de eso no
volvieron a verla. En la noche cuando estaban en el banquete entraron Lavender
y Parvati, que era su mejor amiga, cuchicheando que habían visto a Hermione y a
Samantha llorando en el baño de las chicas. Harry hizo ademán de pararse para
ir por su hermana pero Ron lo detuvo diciéndole que no podía entrar al baño de chicas. Pero no hubo tiempo de pensar más en el asunto,
porque entró el profesor Quirrell anunciando que había entrado un Troll.
Enseguida se armó un pandemónium. El profesor Dumbledore tuvo que gritar para
hacerse escuchar y los envió a todos a sus salas comunes. Cuando iban camino a
la suya Harry recordó que su hermana estaba en el baño y no sabía nada. Así que
burlaron la vigilancia de Percy y corrieron a buscarla. En el camino vieron al
Troll entrando por una puerta y corrieron a encerrarlo, pero cuando se alejaban
escucharon unos gritos y con una profunda sensación de terror se dieron cuenta
que ese, precisamente, era el baño de las chicas. Con ganas estar en otro lado
se devolvieron, hicieron acopio de valor y entraron. Hermione y Samantha
trataban de protegerse del Troll pero estaban acorraladas así que los chicos se
encargaron de la criatura y lograron derribarlo. Cuando llegaron los profesores
Snape, McGonagall y Quirrel ya la situación estaba controlada. La profesora
McGonagall les dio unos cuantos puntos por la hazaña aunque les restó otros
porque Hermione que fue la primera en reaccionar se echó la culpa de que los
otros estuvieran ahí. Cuando llegaron a la sala común los cuatro se dieron un
apresurado y embarazoso “gracias” y cada uno se fue por su lado. Pero a partir
de aquel día Hermione se convirtió en su amiga.
El año seguía su curso, los chicos habían llegado a la
conclusión de que era Snape el que había dejado entrar al Troll porque quería
robar lo fuera que estaba escondido en el tercer piso. Pusieron al corriente a
Hermione de todo lo que sabían y la chica estuvo de acuerdo aunque le costaba
creer que un profesor hiciera algo así. En el primer partido de quidditch Snape
trató de derribar a Harry de su escoba, pero afortunadamente Hermione lo evitó.
Harry atrapó la snitch y Griffindor ganó el partido.
En las vacaciones de navidad los chicos se quedaron en
el castillo, cosa por la que Malfoy intentó molestarlos, pero no, lo consiguió
porque ellos se quedaron porque querían quedarse no porque tuvieran que
hacerlo. Harry recibió varios regalos por primera vez en su vida, su hermana le
regalo una caja de ranas de chocolate, Ron y Hermione también le regalaron
dulces, la madre de Ron les envió tanto Harry como a Samantha unos lindos
sweaters tejidos, pero el regalo más especial que recibió Harry venía sin
remitente conocido, era una capa de invisibilidad, que según la nota adjunta
había pertenecido a su padre. Con esa capa Harry y Samantha habían hecho
excursiones nocturnas por el castillo y habían encontrado un extraño espejo en
el que podían ver a sus padres, volvieron varias veces, hasta que Dumbledore
los descubrió y les dijo que cambiaría el espejo de lugar y que no lo buscaran
más.
Después de mucho investigar descubrieron que lo que
protegía el perro de tres cabezas, que por cierto se llamaba Fluffy y
pertenecía a Hagrid, era algo llamado Piedra Filosofal, con la que se podía
hacer un elixir que permitía a quien lo bebía el ser inmortal.
Hagrid estuvo a punto de meterse en un buen lío por
una cría de dragón. Los chicos lo ayudaron a deshacerse de él con la ayuda de
Charlie, el hermano de Ron. Pero eso les acarreó un castigo que debieron
cumplir con Hagrid en el bosque prohibido. Esa noche pasaron un susto terrible
cuando una figura encapuchada intentó atacarlos y fueron rescatados por un
centauro. Lo único bueno del castigo es que Malfoy había tenido que cumplirlo
también.
De ese modo llegaron a los exámenes finales. Pero
también descubrieron que Snape estaba a punto de robar la Piedra y Dumbledore no se
encontraba en el castillo. Así que decidieron ir ellos a buscarla antes de que
Snape la consiguiera.
La piedra estaba protegida no solo por Flufly, que
descubrieron por Hagrid que se dormía tocando música, pasaron a través de la
trampilla y cayeron sobre lo que creyeron que era una planta que al final
resultó ser Lazo del Diablo, Hermione se deshizo de ella, luego tuvieron que
atrapar una llave voladora para poder abrir la siguiente puerta, por suerte
Harry el mejor buscador del colegio y esa parte la superaron muy rápido.
Llegaron a un salón donde había un ajedrez gigante, el cual pudieron pasar
gracias a la habilidad de Ron con este juego, pero Ron cayó abatido y
tuvieron que seguir dejando a Hermione
con Ron para asegurarse de que estuviera bien, el próximo obstáculo era un
acertijo, Samantha lo descifró pero solo
uno podía seguir adelante, así que Harry le dio instrucciones precisas a
Samantha de que se devolvieran mandaran una lechuza a Dumbledore y llevaran a
Ron a la enfermería. La niña abrazó a su hermano y se devolvió a cumplir con
las instrucciones que éste le había dado, Ron había recuperado el conocimiento
pero estaba muy mareado. Samantha les explicó lo que le había dicho Harry y
entre ella y Hermione ayudaron a subir a Ron. Cuando llegaron a la enfermería y
Hermione se disponía a escribir la nota al director, Samantha comenzó a gritar
y agarrarse la cabeza. La niña sentía un terrible dolor y tuvo la certeza de
que algo malo estaba ocurriéndole a su hermano, sin embargo el dolor poco a
poco iba haciéndole perder la conciencia, hasta que ya no supo nada más.
Harry y Samantha despertaron al mismo tiempo y vieron
al director parado en medio de ambas camas.
-
Profesor, la Piedra …era Quirrell…el
tiene la Piedra
-
Quirrell? –
preguntó Samantha
Entonces Harry vio con espanto que su hermana estaba
acostada en la cama de al lado. Por su cabeza pasaron toda clase de imágenes,
Quirrell atacando a su hermana y a sus amigos. Quiso levantarse, pero el
profesor se lo impidió. Se fijó bien pero Samantha no parecía estar herida,
pero entonces qué hacía ahí?
-
Por qué estas acostada
Sam? Cómo están Ron y Hermione? Qué sucedió? Cuánto tiempo llevo aquí? Qué pasó
con la Piedra ?
-
Calma muchacho o la
señora Pomfrey me sacará de aquí. Veamos, llevan aquí tres días, ambos, el
señor Weasley y la señorita Granger están bien y estarán muy aliviados al saber
que están ustedes bien. En cuanto a lo que sucedió pues llegué justo a tiempo
para quitarte a Quirrell de encima, pero el esfuerzo casi te mata. La piedra
fue destruida.
-
Señor, pensándolo
bien, aunque la Piedra
no esté Vol…quiero decir quién usted sabe…
-
Voldemort Harry,
llama a las cosas siempre por su nombre, el miedo a un nombre solo aumenta el
temor de aquello a lo que se teme.
-
Bien, Voldemort
intentará volver, es decir no está muerto verdad?
-
No, Harry, no le
queda lo bastante de humano como para morir, y sí, estoy seguro de que
intentará volver, pero confío que siempre habrá alguien para detenerlo y si
esto sucede una y otra vez puede que nunca vuelva al poder.
-
Señor, puedo preguntarle algo?
-
Como te dije la vez
anterior, si puedo contestarte lo haré, pero no voy a mentirte.
-
Voldemort dijo que
mató a nuestra madre por intentar evitar que me matará, pero por qué quería
matarme, en primer lugar?
-
Otra vez tengo que
decirte que no puedo contestarte, no aún, algún día cuando sean mayores o mejor
dicho cuándo estén listos se los diré.
-
Por qué Quirrell no
podía tocarme?
-
Tu madre murió para
salvarte. El haber sido amado tan profundamente por alguien aunque esa persona
ya no esté deja una protección. Si hay algo que Voldemort no puede entender es
el amor y para Quirrell lleno de ambición y compartiendo su cuerpo con
Voldemort, era una agonía tocar a una persona marcada por algo tan bueno.
Samantha que había permanecido tratando de entender
qué había sucedido, a través de la conversación de su hermano, ahora lloraba
silenciosamente. Dumbledore se mostro interesado en un pájaro que volaba cerca
de la ventana y eso le dio tiempo a Harry de secarse las lágrimas que él
también estaba derramando. Cuando pudo volver a hablar preguntó:
-
Señor, sabe quien
me envió la capa?
-
Pues resulta que tu
padre me la había dejado y pensé que te gustaría tenerla. Cosas útiles.
-
Otra cosa señor,
Quirrell dijo que Snape…
-
El profesor Snape,
Harry
-
Sí, él, Quirrell
dijo que me odia porque odiaba a mi padre ¿es verdad?
-
Así es, cuando tu
padre y el profesor Snape estudiaban se odiaban al igual que el señor Malfoy y
tu, pero entonces tu padre hizo algo que el profesor Snape, no pudo perdonarle.
-
¿Qué cosa?
-
Le salvó la vida,
es por eso que el profesor Snape se ha esforzado tanto en protegerlos, de ese
modo puede seguir odiando la memoria de su padre en paz.
-
Una última cosa
señor, cómo conseguí la Piedra ?
-
Me alegra que
preguntes, ha sido uno de mis mejores hechizos, solo que el quisiera encontrar la Piedra , no usarla, sino
encontrarla, lo podía hacer.
-
Señor – dijo
Samantha – por qué estoy aquí?
-
Parte de la
respuesta a esa pregunta ya la tienes pero voy a completarla. Los gemelos
tienen una conexión muy fuerte, sin embargo la de ustedes es mayor, porque sus
padres utilizaron magia muy antigua para unirlos aún más, por lo tanto las
simples leyes de la naturaleza no se aplican a ustedes, su conexión va mucho
más allá de lo que nos es comprensible, qué tan unidos están, es algo que
tienen que averiguar ustedes mismos. Por lo pronto sabemos que lo que afecta a
uno físicamente, afecta al otro, la señorita Granger y madame Pomfrey me
contaron que empezaste a gritar y te llevaste las manos a la cabeza, calculo yo
que más o menos en el momento en que Harry estaba luchando con Quirrell y que
después de un rato perdiste el sentido y no lo recuperaste hasta que Harry lo
hizo. Es todo cuánto puedo decirles al respecto. Ahora los dejo y disfruten de los
regalos que les han enviado sus amigos y admiradores.
Hagrid también fue a visitarlos y les llevó un álbum
con fotografías de sus padres, lo que puso a los niños muy contentos.
Ese año Griffindor ganó la copa de las casas gracias a
los puntos extras que le dio el director por su participación en los eventos de
la última semana. Después del banquete todos volvieron a casa a disfrutar del
verano.
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